Espacio de opinión de Canarias Ahora
Palabras en favor de quien tanto nos ha dado
Toda la actividad del Centro de la Cultura Popular Canaria, como bien sabemos, gira alrededor de los tres lemas que lo definen: 1. Ser del mundo desde aquí; 2. Un proyecto de unidad de Canarias desde la cultura; y, 3. Un compromiso con la identidad canaria. El “todo”, representa un ambicioso plan de trabajo que no ha de decaer ni ante lo inmenso de su obra ni bajo la insidia de espíritus “enanos”. Nada impidió que el CCPC, sumando a trabajo más trabajo, se consolidara en 1980, en una estructura organizativa estable cuya dirección recayó en una Coordinadora que aglutinó las tendencias y secciones que lo integraban. De ahí sale su Declaración de Principios en la que se define el CCPC como un movimiento apartidista, aconfesional y democrático. Su entusiasmo, en edad temprana, da a luz la primera de sus publicaciones: “Endechas del ahogado verde y otros agüeros del son”, del poeta Fernando Garciarramos. Un atrevimiento inicial y un presente, hoy representado por un amplio catálogo. Dícese que si se ponen ganas, todo, tarde o temprano, se consigue. El CCPC es un ejemplo de esa verdad.
El I Congreso del CCPC tuvo lugar en 1985 y en el transcurso del mismo se aprobó el marco de trabajo, a nivel ideológico y práctico, para los años venideros. Su compromiso con la sociedad canaria a través de la difusión de la cultura y con el mundo por ser de espíritu, como ya indicamos, abierto, le ha válido innumerables reconocimientos que no le han impedido continuar con su humildad de siempre en favor de lo “canario”. Es un ideal que no chisporrotea de vez en cuando. Su amor a lo universal pasando por el terruño no es un ideal para quedar bien sino un trabajar y trabajar en pro de ello. En un símil con ese llamado que se hace a los canarios por las paredes de nuestros pueblos y ciudades : Chacho!! Levántate y ponte hacer algo (reducido); el CCPC se levantó y día tras día, enarbola la bandera de nuestra cultura y de nuestro sentir como pueblo aunque ello le suponga críticas vejatorias de algunos “trozos” de nuestra sociedad . No se le perdona al CCPC ser tribuna abierta al pueblo canario donde la denuncia de oscuras acciones molesta a la nueva clase caciquil y a su representante, el poder establecido.
Toda obra precisa no solo del esfuerzo físico e intelectual de aquellos que la realizan, sino que a esos esfuerzos se une el económico. Sin un aporte de fondos la labor puede acabar en el fracaso o en una labor cultural de menor alcance, de andar por “casa”. Por ello, nos sorprende que al CCPC se le margine de las dádivas que anualmente, como Reyes Magos, CC y PP “rifan” entre sus “subditos”. Los nuevos dueños de vida, hacienda y honor de nuestras gentes se creen con derecho a elegir a quienes les apoyan o no. Solo les interesa la “foto”, y el “aplauso”, ignorando las formas que tiene la ciudadanía de expresar su “sentir”, sobre las políticas, las marginaciones o las corruptelas de quienes son depositarios del derecho a administrar, que les ha otorgado el voto de esa ciudadanía a la que desprecian e ignoran, y solo la recuerdan cada cuatro años.
El gobierno de CC, o gobierno de “clientelismo”, cuenta con sus “tribus”, esparcidas por el territorio canario que solo ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. El “cercenar” , la subvención al CCPC es una limitación cruel al ejercicio de las libertades y un tipo sibilino de represión de las protestas que hace el individuo, grupo o pueblo en busca de su desarrollo pleno. La labor cultural del CCPC no puede ser cuestionada porque en su emisora se hagan manifestaciones que “molesten”, a los poderes fácticos, puesto que quienes las hacen “son” siempre responsables de su contenido.
El talante “negociador” y “abierto”, del presidente del gobierno canario, el más fotogénico del momento, descubre día a día algunas de sus más secretas reacciones a lo que no le “gusta” escuchar. El coordinador del CCPC, César Rodríguez, se queja de que, desde la llegada de Paulino Rivero al Gobierno canario, el CCPC ha visto disminuir aún más las subvenciones públicas hasta desaparecer en 2008 y 2009, lo que les ha obligado a reducir en más de un 40% la plantilla con la que cuentan para su labor de difusión de la cultura canaria. Nuevas formas de la CC de Paulino para generar empleo y gestionar el gasto.
La medida de retirarles la subvención la argumentaron con mentiras, aludiendo a que el CCPC no había justificado la del 2007. Muy al contrario, como todos sabemos, en una rueda de prensa el CCPC aportó toda la documentación precisa, desmostrando que se había presentado en tiempo y forma.
Ante el rechazo parlamentario a la enmienda socialista, en el debate del Proyecto de Ley de los Presupuestos de Canarias, para otorgar 40.000 euros al Centro de la Cultura Popular Canaria, se rompió la disciplina de voto del “diunvirato”, puesto que un parlamentario “pepero”, se alineó en favor de la enmienda manifestando en esa defensa que: “Asfixiar a un medio porque no nos gustan sus ideas no es un crimen, es un error”, recalcó destacando que no se puede condicionar el apoyo al centro por discrepancias con su línea política, algo que, a su juicio, es “contrario a la ética democrática”. Es digna de elogio su actitud pero sus palabras incluían un claro error. El CCPC no sigue ninguna línea política porque en su Declaración de Principios dejó muy claro que es apartidista, aconfesional y democrático.
Si a los de CC y PP les disgustan algunos comentarios que se realizan en la emisora del CCPC y si la mayor parte de “SUS” instituciones no le han pagado el dinero que le deben desde hace muchos años al CCPC, porqué no les “gusta” lo que se escucha en esa radio, dejan claro sus principios, pues más que democráticos parecen ser “XENÓFOBOS”. ¿Por qué no ejercen como demócratas yendo a aquella emisora a exponer y defender su posiciones en lugar de perseguirla? A esos demócratas de toda la vida les regalo la frase de Voltaire que espero les haga reflexionar sobre su“persecución” política: “No estoy de acuerdo con lo que dices pero defendería hasta la muerte tu derecho a decirlo” La labor del CCPC en la difusión del acervo cultural de Canarias no merece el trato que se le está dando.
Pedro Anatael Meneses R.
Toda la actividad del Centro de la Cultura Popular Canaria, como bien sabemos, gira alrededor de los tres lemas que lo definen: 1. Ser del mundo desde aquí; 2. Un proyecto de unidad de Canarias desde la cultura; y, 3. Un compromiso con la identidad canaria. El “todo”, representa un ambicioso plan de trabajo que no ha de decaer ni ante lo inmenso de su obra ni bajo la insidia de espíritus “enanos”. Nada impidió que el CCPC, sumando a trabajo más trabajo, se consolidara en 1980, en una estructura organizativa estable cuya dirección recayó en una Coordinadora que aglutinó las tendencias y secciones que lo integraban. De ahí sale su Declaración de Principios en la que se define el CCPC como un movimiento apartidista, aconfesional y democrático. Su entusiasmo, en edad temprana, da a luz la primera de sus publicaciones: “Endechas del ahogado verde y otros agüeros del son”, del poeta Fernando Garciarramos. Un atrevimiento inicial y un presente, hoy representado por un amplio catálogo. Dícese que si se ponen ganas, todo, tarde o temprano, se consigue. El CCPC es un ejemplo de esa verdad.
El I Congreso del CCPC tuvo lugar en 1985 y en el transcurso del mismo se aprobó el marco de trabajo, a nivel ideológico y práctico, para los años venideros. Su compromiso con la sociedad canaria a través de la difusión de la cultura y con el mundo por ser de espíritu, como ya indicamos, abierto, le ha válido innumerables reconocimientos que no le han impedido continuar con su humildad de siempre en favor de lo “canario”. Es un ideal que no chisporrotea de vez en cuando. Su amor a lo universal pasando por el terruño no es un ideal para quedar bien sino un trabajar y trabajar en pro de ello. En un símil con ese llamado que se hace a los canarios por las paredes de nuestros pueblos y ciudades : Chacho!! Levántate y ponte hacer algo (reducido); el CCPC se levantó y día tras día, enarbola la bandera de nuestra cultura y de nuestro sentir como pueblo aunque ello le suponga críticas vejatorias de algunos “trozos” de nuestra sociedad . No se le perdona al CCPC ser tribuna abierta al pueblo canario donde la denuncia de oscuras acciones molesta a la nueva clase caciquil y a su representante, el poder establecido.