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La paz que nos debían…

La cuestión es que la política nunca lo había sido. Y menos ahora?

Menos con los analistas de la paz y de la “pelota vasca” que desde el pasado día 20 parece haber dejado de votar?

Pero ya dan igual análisis pretéritos? Da igual que en San Sebastián no ondee la bandera del Estado español mientras que en las Herriko Tabernas de Euskadi antes, mientras y después de que hablaran los mediadores, ondee el amarillo y negro de ETA. Da igual que la paz haya venido desde fuera, y no desde dentro? Dan igual todos los iguales? Porque aunque en democracia las formas importan tanto como el fondo, en esta ocasión las formas dan igual, porque más de cuatro décadas de entropía terrorista exigían ya lo que se ha dado. Da igual la concesión de Bildu y demás marcas blandas mientras desaparezca de nuestra memoria colectiva la marca dura? Séase o no independentista, la independencia es del todo defendible desde la paz, al igual que cualquier otra ideología no violenta que acepte la declaración universal de los derechos humanos nacida de la Revolución Francesa.

Tempus fugit, dice un dicho latino; en este caso, sin embargo, ha pasado demasiado lento para muchos, sobre todo para todas las víctimas, las del Estado franquista y postfranquista, las del Gobierno socialista de los GAL, y las de la ETA partidaria de la acción armada? Porque era ésta la paz que todos nos debían desde que la serpiente naciera en las entrañas de una casa parroquial cristiano-católica de la Euskal Herría profunda? Cristo tuvo un celote entre sus discípulos, pero no fue celote en atípico ejercicio dual. Dejó de serlo al seguirle... La Historia a veces nos presenta contrasentidos que se forjan en laberínticas e incomprensibles espirales sociotemporales.

Por cierto, y hablando de contrasentidos, contrasentido el de Occidente, que después de legitimar a Gadafi en los dos últimos años olvidándose de su barbarie, lo ejecuta el 20 del 10 del 11, el mismo día de la paz de ETA, porque entiende que ya no le es útil en su guerra por el petróleo. Un Gadafi que al igual que Sadam debería haber sido juzgado por la Corte Internacional de Justicia, en vez de ser linchado por sus antiguos súbditos? Pero ya se sabe, la verdad a veces duele? Qué contrasentidos los de la Historia, que hace coincidir el mismo día el lanzamiento europeo al espacio el ojo que todo lo ve, el final de ETA, y el cruento final de un dictador recibido como héroe por Aznar y Zapatero.

Poseer el diario Gara del 21 de octubre sería ya una reliquia periodística objeto de colección, al igual que lo sería poseer la última revista secuestrada por un gobierno democrático y socialista, el “Jueves” del cheque bebé principesco.

Suerte para el que los tenga? Para todos es ya la suerte de la paz?

No hacía falta inventar nada. Bastaba con copiar lo que ha funcionado. Y en este tema, Irlanda del Norte ha funcionado? No era necesario buscar plenas igualdades entre los que eran de por sí semejantes?

Francis Fukuyama, el autor de la fracasada hipótesis del Final de la Historia, sin embargo ha acertado al escribir sobre el poder en su obra “El origen del poder político” que “cuando el entorno cambia y aparecen nuevos retos, surgen con frecuencia incoherencias entre las instituciones existentes y las necesidades emergentes. Estas instituciones están apoyadas por legiones de intereses atrincherados que se oponen a cualquier cambio fundamental. El declive aparece cuando los sistemas políticos no consiguen ajustarse a las circunstancias”? Esta vez, en este plano, la adaptación se ha producido, y los intereses mezquinos han sido postergados por el interés supremo de la paz?

No en otros? No nos olvidamos de la reforma perpetrada con nocturnidad y premeditación que ha modificado en contra del Estado del bienestar Keynesiano la Constitución que ficticiamente desde su letra nos ampara desde 1978?

No nos olvidamos de la necesaria reforma del Título VIII constitucional hacia un Estado coherente y no dual?

No nos olvidamos de la necesaria supresión del Senado, así como del tutelante artículo octavo de la Constitución formalmente vigente, que sigue poniendo en manos de los militares la voluntad popular?

No nos olvidamos de la reforma que se precisa del Título primero, para que la defensa de la independencia tenga una viabilidad territorial efectiva, séase o no se sea independentista. Ya el pueblo del Estado en conjunto hablará para aprobarla, ahora no les quedaría más remedio, reforma que habilitaría la democratización plena del Estado plurinacional. Nuestra democracia ha puesto mucho más énfasis en publicitar derechos que en defenderlos y en reclamar deberes para los que sobre ellos intentan imponer cargas. Y ése no era el camino.

Se suele atribuir a Voltaire la célebre frase: “no estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo”. Hoy pocos defienden activamente hasta con su vida si fuera necesario la libre expresión de ideas que no comparten. Ése sí es uno de los caminos de la ansiada paz?

Las crisis son tiempo de tribulaciones, pero también de oportunidades. Y una oportunidad para la paz ha sido dada.

Todos los partidos políticos, sin excepción alguna , han sido creados para controlar el poder en vez de democratizarlo. Pero el destino histórico en esta ocasión se ha impuesto sobre las miserias políticas concretas.

Una oportunidad para la paz se nos ha dado. Give the peace a chance!, nos cantó Lennon antes de sucumbir a sangre y fuego? Cantémosle a ella ahora nosotros nuestra esperanza? Porque era la paz que nos debían?

Mientras, en Canarias, acaba de llegar para estudiarlo, cuando ya el volcán herreño parece dormir, un barco de apellido soviético, que sólo habría costado construir uno aquí 18 millones de euros, la tele autonómica nos cuesta a los canarios en tiempos de crisis 35 millones anuales. Y el CCN sigue a la greña con Paulino Rivero ante el 20N?

Pero hablábamos de la paz? Sigamos hablando de ella, aunque nos equivoquemos, aunque nos hagan equivocarnos... Porque siempre debe hablarse de la paz?

José Carlos Gil Marín

La cuestión es que la política nunca lo había sido. Y menos ahora?

Menos con los analistas de la paz y de la “pelota vasca” que desde el pasado día 20 parece haber dejado de votar?