Espacio de opinión de Canarias Ahora
Están perdiendo la guerra, señora Chacón
Publicitado de esta manera, los imperialistas pretenden hacer creer que las fuerzas invasoras de la OTAN en Afganistán son algo así como un ONG benéfica y altruista que, sorprendentemente, no es reconocida como tal por su mayor beneficiario: el pueblo de Afganistán.
Este ridículo cuento de Navidad sólo trata de ocultar una realidad de fracaso y de inevitable derrota de los invasores, que ha provocado ya desacuerdos y peleas entre los distintos cuerpos expedicionarios, que rehuyen el combate en los frentes más activos negándose constantemente el apoyo entre ellos, tratando cada uno por su lado de ahorrar esfuerzos y minimizar las bajas propias.
La ofensiva general de los patriotas afganos ha puesto contra las cuerdas a las unidades norteamericanas y británicas más implicadas en el sur del país donde, a pesar de los llamamientos desesperados de los mandos yanquis, se niegan a acudir los europeos que prefieren esconderse en las zonas norteñas menos expuestas hasta ahora.
Sin embargo, los avances de la resistencia nacional afgana en el sur les está permitiendo ya extender sus ataques a todo el territorio, ante el pánico de los “cooperantes” españoles que ven amenazadas sus posiciones, y que paulatinamente deben sufrir las consecuencias del acoso de los patriotas y las consiguientes bajas.
A pesar de todo, la ministra española confía en una pronta estabilización de la situación por medio del amplio refuerzo de tropas norteamericanas prometido por el nuevo presidente Obama. Según las últimas declaraciones del flamante primer mandatario electo de los Estados Unidos y de su equipo continuista -que no renuncia a la victoria en Oriente Medio y la consecución de sus principales objetivos estratégicos- la retirada parcial de tropas de Irak permitirá enviar a socorrer a las agobiadas fuerzas imperialistas en Afganistán, hasta treinta mil invasores más.
La ministra Chacón, aunque reconoce que es necesario “un cambio de estrategia”, no se atreve a plantear el problema del callejón sin salida en el que se encuentran sus tropas, en los términos exactos y reales de la gran operación militar imperialista y sionista para el control de toda la zona de Oriente Próximo.
Una gran operación estratégica diseñada en Washington y Tel Aviv que pretendía, después de ocupar y controlar primero Afganistán y luego Irak, neutralizar política y militarmente al enemigo principal del imperialismo y el sionismo en la zona: el régimen nacionalista y antiimperialista iraní.
Pero todo les ha salido mal. Y, como el cazador que cae en su propia trampa, ahora son los ejércitos ocupantes los que se ven cercados entre la frontera iraní y las regiones fronterizas de Pakistán, y amenazados por el apoyo del gobierno persa a la insurgencia desde el oeste, y la colaboración de la población de nacionalidad pastún al otro lado de la frontera oriental, que ningún gobierno colaboracionista y proamericano desde Islamabad, ha podido controlar ni reprimir.
La resistencia ha conseguido interrumpir eficazmente las vías terrestres de abastecimientos militares desde Pakistán, lo que debilita y compromete aún más las posiciones defensivas de los invasores. Y, como consecuencia y tal como ya les ha ocurrido en Irak, deberán continuar la retirada hacia puntos defensivos fortificados, el abandono de las patrullas terrestres y el aumento de la acción aérea indiscriminada que ocasiona innumerables bajas civiles.
Lo que no tuvieron en cuenta Bush ni Cheney, ni tampoco, por lo visto, entra en las consideraciones de Obama o Chacón, es que las guerras imperialistas contra los pueblos, en Vietnam, Irak o en Afganistán, sencillamente no pueden ser ganadas. El aumento del número de tropas y de material de guerra sólo conseguirá prolongar el empantanamiento de los invasores, el aumento del número de bajas, el descrédito de las razones de la intervención y de sus defensores, la oposición de los pueblos en los países cuyos gobiernos burgueses se empeñan en continuar la agresión genocida y el sufrimiento de la población de los países invadidos.
Y ningún “cambio de estrategia” podrá salvar a los ejércitos extranjeros de sufrir una vergonzosa derrota por parte de los pueblos insurrectos irakí y afgano.
El gobierno de Zapatero que, para compensar la retirada de tropas de Irak y en un torpe intento fallido de congraciarse con Bush, aumentó su implicación en la guerra de Afganistán tratando, al mismo tiempo, de presentarla como una “operación de paz”, pretende ahora, junto con sus más cercanos aliados europeos, librarse de un compromiso puramente seguidista de los intereses estratégicos norteamericanos.
Pretenden ignorar su papel de simples comparsas de la política yanqui, que no va a cambiar con la llegada el nuevo presidente, como ingenuamente espera la ministra Chacón. Por el contrario, el equipo gubernamental nombrado por Obama en las últimas semanas demuestra que el imperialismo norteamericano no renuncia, a pesar de todo, a sus pretensiones de dominio mundial y, en concreto, a su estrategia de Gran Asia Central que, vinculada orgánicamente a la de un Nuevo Oriente Medio, pretende cambiar el régimen político iraní, liberando al sionismo israelí de su principal amenaza y de su más fuerte y decidido enemigo.
Y entre los grandes objetivos estratégicos de esa política se incluye también la “contención” de China y Rusia, dificultando la cooperación económica y política de los países miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO) y la consolidación de la Organización del Tratado de Seguridad (SCO).
Este seguidismo servil de los europeos con la política de Washington explica que, en contra sus propios intereses económicos y comerciales, mantengan una actitud prepotente e insolente de constantes provocaciones contra Moscú y Pekín que, a la postre, sólo conseguirá desacreditar a los europeos destruyendo su falsa imagen de “independientes” frente a los planes norteamericanos y perjudicar sus propios intereses económicos, políticos y diplomáticos ante todos los pueblos y países del mundo.
*Militante del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC) Pedro Brenes*
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