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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Plan de (in)movilidad para Las Palmas de Gran Canaria

A la vista de que el alcalde proclamó hace unos días que su gobierno municipal tenía para la ciudad “un plan de movilidad y lo estamos ejecutando”, me he puesto a buscar por todas partes el citado plan.

El primer documento en el que busqué fue en el “Acuerdo por la ciudadanía de Las Palmas de Gran Canaria” que firmaron los tres partidos que gobiernan en la ciudad  (PSOE, Las Palmas Puede y Nueva Canaria) en junio de 2015. Es un documento de 27 páginas en el que figura el reparto de las áreas municipales de los partidos firmantes y un “Acuerdo programático” en el que se detallan las políticas que el tripartito pondría en vigor durante su mandato en Las Palmas de Gran Canaria en Política Social, empleo y vivienda, en protección del derecho a la vivienda, y así en varios temas.

En un apartado que tiene como título “Sostenibilidad ambiental” y como subtítulo “Las Palmas de Gran Canaria, ciudad sostenible”, y que ocupa media página 19 y la 20 entera, hay un párrafo casi al final de poco más de tres líneas, que dice: “En cuanto a la movilidad sostenible, nos comprometemos a revisar el cumplimiento del Pacto de Movilidad Sostenible de la ciudad, aprobado en 2011, con la participación de los colectivos ciudadanos y la prioridad de que la ratio de movilidad sostenible crezca en nuestra ciudad”. Y eso es todo lo que se dice sobre movilidad en el acuerdo programático del gobierno municipal tripartito.

Esto significa que, cuando llegaron al gobierno municipal los tres grupos políticos en junio de 2015, no tenían ningún plan de movilidad para la ciudad, ni sabían nada del BRT (ahora bautizado como la Metroguagua) ni tenían ni idea sobre las bicis y sus famosos carriles con los que están regando la ciudad.

Por supuesto, no hay ningún plan de movilidad escrito, en el que se defienda o por lo menos se hable de la Metroguagua y de las obras que están haciendo, ni la extensión de los carriles bici. O sea, que todo está siendo una improvisación de unos iluminados que deben pensar que están en posesión de la verdad absoluta y no reconocen el desaguisado que están ocasionando en la ciudad.

Las obras de la Metroguagua que han cerrado la Avenida Mesa y López, están ocasionando atascos en varios puntos de la ciudad, y van a seguir atascando la ciudad cuando se terminen, ya que por dicha avenida solo circulará la Metroguagua, ni taxis ni coches.

Esta obra en concreto está ocasionando espectaculares atascos en varios puntos de la ciudad. El primero de ellos es el tapón que se forma, a cualquier hora, en el túnel de Julio Luengo. Antes se recorría en 4 o 5 minutos en horas no puntas de la ciudad. Ahora a cualquier hora, sea a media mañana o media tarde, se tarda de 10 a 15 minutos, y siempre está atascado.

El atasco que se forma a la salida del túnel de Julio Luengo hace que los vehículos que vienen por la autovía marítima en dirección norte para coger  el citado túnel, se atasquen también, Y la cola de vehículos que ocupan los dos carriles de la autovía marítima llega muchas veces a la altura del Parque Romano.

Los otros dos carriles de la autovía marítima en dirección norte sufren la retención del trenzado de Alcaravaneras para acceder a la zona de la Base Naval, que hace que los atascos lleguen casi hasta la rotonda de salida del túnel de Julio Luengo. Si se supera el trenzado anterior y se accede a la autovía para llegar a la Base Naval, hay que armarse de paciencia ya que el semáforo cambia con mucha rapidez, y casi siempre hay atasco.

Si se accede a la Avda. Mesa y López desde Guanarteme (o desde la circunvalación), la cosa está peor. Todos los semáforos de esta avenida han sido sincronizados – desde Guanarteme hasta la plaza de la Victoria – para evitar que los coches entren en tromba por la calle Néstor de la Torre. De manera que, cuando se entra desde la plaza de América a la Avda. Mesa y López, y el primer semáforo se pone en verde, el siguiente se pone en rojo. Y así todo el tramo. Un recorrido en el que se tardaba no más de 2 ó 3 minutos, ha pasado a recorrerse en 6-9 minutos.

Y el superatasco a muchas horas del día, consecuencia de las obras de la Metroguagua, es el que se produce en el trenzado de Alcaravaneras en el sentido Norte-Sur, antes de llegar al túnel Julio Luengo. Aquí siempre ha habido atascos en horas punta, pero ahora los hay a cualquier hora. Y claro, las colas llegan hasta la plazoleta de Belén María, y colapsan la salida del muelle y la del Sebadal.

Como sufridores de las obras de la Metroguagua están, además de los vecinos de Nestor de la Torre, los vecinos de  Alcaravaneras, que antes accedían a sus casas y garajes con toda tranquilidad por Pio XII y Galicia, y que ahora tienen atascos para salir de sus casas y para entrar en ellas.

Además de las obras y atascos señalados, ahora también queremos parecernos a Sevilla en el número de ciclistas. Las comparaciones son odiosas, pero comparar Sevilla – ciudad totalmente plana – con nuestra ciudad, es de locos. Parece que nuestros gobernantes se autoengañan y no quieren ver la realidad. Una ciudad que tiene al 60 ó 65% de sus habitantes en zonas altas, con grandes desniveles, no puede ser comparada con Sevilla, ni aunque pongan todas las bicis eléctricas.

En resumen, no hay un plan de movilidad conocido, ni un plan para implantar el uso de la bici que sea medianamente racional, y lo más grave es que los ciudadanos están sufriendo las ocurrencias de unos iluminados que niegan que haya atascos. Están consiguiendo inmovilizar la ciudad.

La buena noticia es que tenemos elecciones municipales en cinco meses.

A la vista de que el alcalde proclamó hace unos días que su gobierno municipal tenía para la ciudad “un plan de movilidad y lo estamos ejecutando”, me he puesto a buscar por todas partes el citado plan.

El primer documento en el que busqué fue en el “Acuerdo por la ciudadanía de Las Palmas de Gran Canaria” que firmaron los tres partidos que gobiernan en la ciudad  (PSOE, Las Palmas Puede y Nueva Canaria) en junio de 2015. Es un documento de 27 páginas en el que figura el reparto de las áreas municipales de los partidos firmantes y un “Acuerdo programático” en el que se detallan las políticas que el tripartito pondría en vigor durante su mandato en Las Palmas de Gran Canaria en Política Social, empleo y vivienda, en protección del derecho a la vivienda, y así en varios temas.