Espacio de opinión de Canarias Ahora
El PP traslada su circo a Melilla
Este activista es amigo en Facebook del nostálgico Sr. Imbroda, cabeza visible del Partido Popular, que al ser descubierta su irracional concomitancia, con el agitador antiespañol Said Chramti, ha sido el gobierno melillense el que ha puesto fin a esa “típica” relación, que hace sospechar, que algo turbio se fraguaba, entre el guerrillero y su amigo es Facebook. El Sr. Chramti es un viejo conocido de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que en más de una ocasión ha creado tensión en los pasos fronterizos. Said Chramti hace meses tiene prohibida su entrada en España, después que agredieran al Inspector Jefe del Paso fronterizo, que ha estado de baja reponiéndose de la brutal paliza sufrida de mano de sus seguidores... El Partido Popular, intenta justificar esa amistad cibernética, con el pobre argumento de que en la red se “suele” agregar como amigo a todo el que lo solicita. Y una mierda (con perdón), los que andamos en la red a diario espulgando la misma, podemos decir que tal argumento es falso.
El Sr. Imbroda ha encontrado en Said, Presidente del Gran Rif de Derechos Humanos, una eficaz herramienta, para desestabilizar las buenas relaciones que el gobierno mantiene con el país vecino. Y el interés que pone el P.P. y su hombre de negro en acercarse a su nostálgico amigo, no va más allá de montar el circo, en él que, en esta ocasión, un payaso, llamado Esteban, emulando a Chiquito de la Calzada, intenta hacer reír a los sufridos comerciantes melillenses, que ven con justificada zozobra, que sus negocios se puedan ir al garete; sólo por el desmedido afán de hacerse con la finca nacional, utilizando sin ningún pudor y reparos las artimañas más rastreras que ser humano en su sano juicio, pudiera ejercer.
Mientras en Europa contemplan asombrados, que se antepongan intereses de partido a los intereses nacionales. No se percatan éstos ineptos de la política, que cada día que pasa, sus actitudes y comportamientos, les alejan más de la ciudadanía que contempla incrédula, las formas que tienen los hombres y mujeres que conforman el mayor partido de la oposición parlamentaria, para acceder al poder, y sus supinas torpezas, para “bordar” una estrategia que encante y enamore al electorado.
Mientras tengan las luces mentales apagadas, los socialistas españoles tendrá gobierno para rato, pues como buenos hispanos y dados a tirar del rico refranero castellano, tendrán en sus cabezas aquel que nos dice: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”. Algo que D. Mariano y su troupe aún no han entendido.
Antonio Ortega Santana
Este activista es amigo en Facebook del nostálgico Sr. Imbroda, cabeza visible del Partido Popular, que al ser descubierta su irracional concomitancia, con el agitador antiespañol Said Chramti, ha sido el gobierno melillense el que ha puesto fin a esa “típica” relación, que hace sospechar, que algo turbio se fraguaba, entre el guerrillero y su amigo es Facebook. El Sr. Chramti es un viejo conocido de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que en más de una ocasión ha creado tensión en los pasos fronterizos. Said Chramti hace meses tiene prohibida su entrada en España, después que agredieran al Inspector Jefe del Paso fronterizo, que ha estado de baja reponiéndose de la brutal paliza sufrida de mano de sus seguidores... El Partido Popular, intenta justificar esa amistad cibernética, con el pobre argumento de que en la red se “suele” agregar como amigo a todo el que lo solicita. Y una mierda (con perdón), los que andamos en la red a diario espulgando la misma, podemos decir que tal argumento es falso.
El Sr. Imbroda ha encontrado en Said, Presidente del Gran Rif de Derechos Humanos, una eficaz herramienta, para desestabilizar las buenas relaciones que el gobierno mantiene con el país vecino. Y el interés que pone el P.P. y su hombre de negro en acercarse a su nostálgico amigo, no va más allá de montar el circo, en él que, en esta ocasión, un payaso, llamado Esteban, emulando a Chiquito de la Calzada, intenta hacer reír a los sufridos comerciantes melillenses, que ven con justificada zozobra, que sus negocios se puedan ir al garete; sólo por el desmedido afán de hacerse con la finca nacional, utilizando sin ningún pudor y reparos las artimañas más rastreras que ser humano en su sano juicio, pudiera ejercer.