Espacio de opinión de Canarias Ahora
Prefiero a los chinos
Quiero decir, en fin, que el hecho de que González Arroyo diga cuatro verdades sobre su antiguo jefe no puede hacernos olvidar su currículum, que es, ya saben, de los de apaga y vámonos.
Me preocupa, a eso voy, que el marqués no sufriera ni un rasguño en el aparatoso accidente de tráfico que tuvo; el día de los Inocentes, creo. No, entiéndanme, porque saliera ileso, de lo que me alegro, sino porque lo atribuyó a especial gracia divina, lo que considera él mismo muestra de cuán grato es a los ojos de Dios que se presente a las próximas elecciones; y las gane, por supuesto. Siempre he sabido que los caminos del Señor son inescrutables, pero no pensaba que lo fueran tanto. Debería Soria amarrarse los machos porque con tal favorecimiento de los cielos no hay encuesta que resista; ni siquiera las “inducidas” a anticipar su victoria incontestable. La que, de producirse, dejaría a González Arroyo como un alucinado o habría que pensar si no fue cosa del Yavé del Antiguo Testamento, muy dado a castigar con extrema dureza a los hombres. Por eso deberían indagar los majoreros en qué han ofendido a Dios para merecer esto.
Si yo fuera majorero y me dieran a elegir entre Gonzalez Arroyo y Soria, a través de sus representantes y “representantas” en la isla, me quedaría con los chinos.
En fin: acabo, pues, deseándoles un buen 2011. Que habrá de ser mejor que el 2010 al que acabamos de sobrevivir. Mal asunto si no lo es.
Quiero decir, en fin, que el hecho de que González Arroyo diga cuatro verdades sobre su antiguo jefe no puede hacernos olvidar su currículum, que es, ya saben, de los de apaga y vámonos.
Me preocupa, a eso voy, que el marqués no sufriera ni un rasguño en el aparatoso accidente de tráfico que tuvo; el día de los Inocentes, creo. No, entiéndanme, porque saliera ileso, de lo que me alegro, sino porque lo atribuyó a especial gracia divina, lo que considera él mismo muestra de cuán grato es a los ojos de Dios que se presente a las próximas elecciones; y las gane, por supuesto. Siempre he sabido que los caminos del Señor son inescrutables, pero no pensaba que lo fueran tanto. Debería Soria amarrarse los machos porque con tal favorecimiento de los cielos no hay encuesta que resista; ni siquiera las “inducidas” a anticipar su victoria incontestable. La que, de producirse, dejaría a González Arroyo como un alucinado o habría que pensar si no fue cosa del Yavé del Antiguo Testamento, muy dado a castigar con extrema dureza a los hombres. Por eso deberían indagar los majoreros en qué han ofendido a Dios para merecer esto.