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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Preocupado por Canarias

Si alguien se enfrenta a una situación difícil y no siente preocupación es un irresponsable. Porque lo normal, ante las adversidades, es hacer un ejercicio de responsabilidad. Hay mucha gente en Canarias, entre las que me encuentro, que estamos sintiendo una enorme inquietud ante las señales evidentes de circunstancias negativas que se están dando a todos los niveles, que no podemos manejar y que seguramente van a afectarnos.

La inestabilidad política en nuestro país está impidiendo la formación de un gobierno estable y está perjudicando a todas luces a España. Entre las muchas consecuencias negativas de esa provisionalidad están los más de siete mil millones retenidos por el Estado y sin transferir a las comunidades autónomas. Es un dinero con el que se prestan servicios públicos esenciales. O lo que es lo mismo, es un dinero que, al no haber llegado a las comunidades, está deteriorando el nivel de las prestaciones públicas y perjudicando la vida de los ciudadanos en general y de los más necesitados en particular.

Al mismo tiempo han aumentado las posibilidades de una salida traumática de Gran Bretaña de la Unión Europea, lo que va a ocasionar importantes daños a la economía de la zona euro. La guerra comercial internacional y la crisis de crecimiento de las grandes economías europeas están reproduciendo las condiciones más favorables para que entremos en una nueva crisis financiera. Y todo eso puede afectar a nuestras islas.

Las mayores señales de alarma provienen del sector turístico. No solo porque la competencia de otros países está recuperando mercado, sino porque los mercados emisores pueden atravesar turbulencias económicas. Es el caso de Alemania, en recesión, y de Gran Bretaña, al borde de la ruptura con Europa. Hay compañías aéreas que ya están reduciendo plazas con las islas, anticipándose a lo que consideran un descenso irreversible de las futuras demandas de billete de los viajeros.

Agrupación Socialista Gomera entró en un gobierno con el propósito de cambiar la realidad de Canarias. Y es algo a lo que no podemos renunciar. En las islas sigue existiendo un desigual reparto de la riqueza, un paro inaceptable y miles de familias que combaten diariamente con la pobreza y las dificultades. ¿Vamos a abdicar de cambiar esa realidad? De ninguna manera. Que nos adentremos en un escenario de enormes dificultades hace que un gobierno comprometido con los débiles sea aún más importante y más necesario.

Ante la falta de un gobierno fuerte en España o el Brexit o la crisis internacional no podemos hacer mucho. Probablemente tendremos que plantear ante Madrid que de ninguna manera se puede mantenerla injusta y precaria financiación de Canarias. Y en el segundo frente, realizar un sobre esfuerzo promocional de nuestras islas en los mercados británico y germano. Pero parece muy claro que en los dos frentes hay limitaciones. Aumentar la financiación del Estado a las islas es una tarea a largo plazo y en cuanto al turismo, parece claro que vivíamos una burbuja que más tarde o más tempranos iba a estallar, regresándonos a cifras más realistas de crecimiento. El sector turístico de las islas se adaptará a los cambios con fortaleza, pero tendremos que atravesar un duro periodo de ajuste.

El problema inmediato, pues, es la deficiente financiación de Canarias y la previsible caída de los ingresos propios. En estos momentos, nuestro reto es diseñar planes de contingencia que nos permitan afrontar las enormes necesidades de los más débiles. Es previsible que la ralentización del crecimiento económico o el reajuste del mercado turístico tenga impacto en las cifras de empleo. Y que la congelación de las transferencias y la financiación que necesita Canarias del Estado se prolongue en el tiempo. Y todo este escenario puede tener un mayor impacto en aquellas personas, familias y colectivos que se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad.

La posición de ASG dentro del Gobierno del que formamos parte y en el Parlamento de Canarias, va a ser sin duda la de sacrificar cualquier otro objetivo que no sea el de la máxima ayuda a quienes se encuentren en las máximas dificultades. Es posible que los nubarrones de tormenta desaparezcan. La política se ha convertido en algo muy volátil y las cosas cambian de un día para otro. Pero si se dan las peores circunstancias, el Gobierno de Canarias tiene que convertirse en el verdadero recurso de esas decenas de miles de familias de Canarias que no van a poder soportar un empeoramiento de sus condiciones de vida.

Se dice que la vida es eso que pasa mientras tú haces planes para la vida. Quienes formamos este Gobierno queremos una sociedad con mayor justicia social y mayor equidad. Por eso hicimos un pacto que se sostiene en esas premisas. Las circunstancias actuales nos pueden llevara a poner a prueba esa voluntad en un tiempo de durísimas dificultades sobrevenidas. Ese es el pensamiento que me preocupa hoy. Que seamos capaces de tener la determinación y la fuerza para servir a Canarias cuando más lo necesita, si finalmente nos adentramos en el peor escenario posible.

Si alguien se enfrenta a una situación difícil y no siente preocupación es un irresponsable. Porque lo normal, ante las adversidades, es hacer un ejercicio de responsabilidad. Hay mucha gente en Canarias, entre las que me encuentro, que estamos sintiendo una enorme inquietud ante las señales evidentes de circunstancias negativas que se están dando a todos los niveles, que no podemos manejar y que seguramente van a afectarnos.

La inestabilidad política en nuestro país está impidiendo la formación de un gobierno estable y está perjudicando a todas luces a España. Entre las muchas consecuencias negativas de esa provisionalidad están los más de siete mil millones retenidos por el Estado y sin transferir a las comunidades autónomas. Es un dinero con el que se prestan servicios públicos esenciales. O lo que es lo mismo, es un dinero que, al no haber llegado a las comunidades, está deteriorando el nivel de las prestaciones públicas y perjudicando la vida de los ciudadanos en general y de los más necesitados en particular.