Espacio de opinión de Canarias Ahora
La presión social le dobla el brazo a Rajoy
José Manuel Soria ex ministro de Industria, Energía y Turismo, renuncia a su “candidatura” a ser director ejecutivo del Banco Mundial. Sin duda, la presión social y que en tres días exista una petición para que el Gobierno no lo propusiera con más de 250.000 firmas ha sido muy importante, y es de las pocas veces que la ciudadanía, movilizada por las redes sociales, hace evidente que estamos en un nuevo tiempo, y que la movilización ciudadana sí puede modificar decisiones políticas.
Que un político de la trayectoria de José Manuel Soria haya acumulado la cantidad de cargos orgánicos del PP y como responsable institucional dice poco bueno de nuestro sistema democrático. Son numerosos los casos de corrupción que le han rodeado, y aunque ha sido imputado sólo en uno y después absuelto, desde el punto de vista de la ética política, debería haber sido apartado de cualquier cargo de responsabilidad política interna o institucional hace tiempo.
Quizás en las habituales visitas de Rajoy al sur de Gran Canaria donde residía su padre entonces (ahora en Moncloa), Soria consiguió engañarlo, repitiendo Rajoy en un mitin en Canarias hace cuatro años las mentiras que contaba Soria en medios de comunicación, y con las que presentó una querella contra los policías que investigaban la corrupción, que no fue admitida a trámite ni en primera instancia ni en el recurso ante el Tribunal Superior, aportando Soria como pruebas las cintas grabadas de sus mentiras en programas como el gato al agua, llegando Rajoy a insistir en un programa de TVE mentiras como que usó un helicóptero y policías con pasamontañas para perseguir a Soria, datos objetivos que se demostraron falsos inmediatamente. Pero ni Soria ni Rajoy rectificaron y se disculparon con los policías decentes que cumplía su deber contra los corruptos. Un año de acoso (uno de los inspectores investigadores abandonó la Policía) por una campaña de Soria apoyado por Rajoy, llevada a cabo en algunos medios de comunicación afine, protegiendo a los corruptos de las investigaciones policiales.
Soria fue imputado en el caso Salmón, que se cerró sin responsabilidad aunque el fiscal anticorrupción consideró que había actuado con cohecho impropio, pero que en todo caso el delito esta prescrito. Un empresario al que se autorizó un plan para construir 3.600 camas turísticas , del grupo Anfi, lo trasladó en su avión privado por Austria y Noruega. En su declaración como imputado manifestó que pagaba siempre con dinero en efectivo por las malas experiencias que tenía abonado con tarjeta.
El caso Góndola del Ayuntamiento de Mogán también le pasó cerca, apareciendo tanto él como su hermano Luis en grabaciones telefónicas de los imputados, y lo mismo ocurrió con el caso Faycan, por el que se suicidó Toñi Torres, exconsejera del Gobierno canario que estaba imputada. Siguió esa suerte de verse cercado entre sus colaboradores pero no afectado en el caso Eolo, de determinados proyectos urbanísticos en su etapa de alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, resultando afectado su hermano Luis (consejero de Industria, Comercio y Nuevas Tecnologías del gobierno canario) que ahí acabó su carrera político.
José Manuel Soria ha sido condenado en dos ocasiones por tribunales de justicia a abonar costas judiciales por denuncias presentadas en las que imputaba delitos de injurias y calumnias. La primera de ellas, contra un ingeniero empleado del Cabildo, Francisco Cabrera, quien denunció, siendo técnico de la Autoridad Portuaria, presunto trato de favor de Soria a la empresa de un amigo en detrimento de una empresa del Cabildo, resultado ser el empresario en cuestión el mismo que luego apareció en el conocido como caso Chalet, por haber abonado más 30.000 euros durante 21 meses de alquiler de Soria y su familia mientras le hacían su nueva residencia en Tafira. La segunda ocasión, contra dos periodistas que difundieran el antes citado caso Chalet, a los que quiso callar con una denuncia por injurias y calumnias, que fue rechazada apelando a la libertad de expresión y condenando el denunciante por actuar con temeridad.
Sería interminable exponer aquí las consecuencias que ha tenido para decenas de miles de ciudadanos inversores su cambio legislativo sobre las energías renovables, primando a las actuales en detrimento de las energías limpias y provocando la rutina de muchos de ellos. Por esa gestión hay denuncias contra él interpuestas por personas individuales y organizaciones de afectados ante la fiscalía anticorrupción, alegando falta de justificación de los cambios por los que penalizaba las energías renovables y apostaba por las fósiles, para lo que alegó basarse en dos informes de expertos que, uno de ellos no existe, (la empresa encargada de hacerlo se negó) y el informe que existe aconseja adoptar medidas justo en sentido contrario a lo que hizo el ministro Soria.
Conocido es el caso Panamá, con empresas familiares en paraísos fiscales, extremo que negó durante varios días hasta que recordó haber tenido participación ejecutiva y directiva en una de dichas empresas familiares y lo que hizo el ministro.
Y el esperpento es la pretensión de nombrarle director ejecutivo del Banco Mundial propuesto por el ministro de Economía, Luis de Guindos apoyado por el presidente Rajoy. Que no extrañe a nadie que pronto José Manuel Soria sea nombrado asesor de algún poderoso grupo energético, como han hecho antes otros políticos del PP y del PSOE.
El nepotismo, la avaricia, la carencia de la más mínima moral y ética de servicio público han convertido nuestro país en zahúrda política. No hay institución que no esté salicada de prácticas corruptas, y que el presidente del Gobierno en funciones justifique el nombramiento de Soria con mentiras, como su ministro de Economía, Luis de Guindos, nos coloca en un íntimo nivel de calidad democrática, con un listón en valores éticos que debe anidar en las simas más profundas del océano.
José Manuel Soria ex ministro de Industria, Energía y Turismo, renuncia a su “candidatura” a ser director ejecutivo del Banco Mundial. Sin duda, la presión social y que en tres días exista una petición para que el Gobierno no lo propusiera con más de 250.000 firmas ha sido muy importante, y es de las pocas veces que la ciudadanía, movilizada por las redes sociales, hace evidente que estamos en un nuevo tiempo, y que la movilización ciudadana sí puede modificar decisiones políticas.
Que un político de la trayectoria de José Manuel Soria haya acumulado la cantidad de cargos orgánicos del PP y como responsable institucional dice poco bueno de nuestro sistema democrático. Son numerosos los casos de corrupción que le han rodeado, y aunque ha sido imputado sólo en uno y después absuelto, desde el punto de vista de la ética política, debería haber sido apartado de cualquier cargo de responsabilidad política interna o institucional hace tiempo.