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Presupuestos asegurados

En cuanto a la enmienda a la totalidad, idem de la misma. Su presentación sería tan irrelevante como su renuncia a ella. Con el Parlamento que tenemos no tiene sentido en las islas, sí en otros lugares, la petición de Zapatero. No necesita el PSC apoyarlos para no desairar los deseos presidenciales; le bastaría con abstenerse. Lo que no le impedirá criticar unos presupuestos que no corren riesgo de rechazo. Los únicos en riesgo somos los ciudadanos. La que está montada con la financiación de las corporaciones locales y las resultas de anteriores gestiones sorianas, en el Ayuntamiento de Las Palmas y el Cabildo grancanario. Pero sarna con gusto no pica. La soriasis tampoco.

En el fondo, presentar a López Aguilar como “obligado” a aceptar los presupuestos indica cuanto complace a muchos la pobreza política de Canarias reflejada en un Parlamento reducido a tres fuerzas políticas: dos de derechas unidas en el Gobierno contra la tercera, sociademócrata, con el mayor número de escaños porque a sus votos propios se añadieron los de sectores ideológicos y sociales que no encuentran acomodo y optaron por elegir entre los males el menor. La sensación de pobreza la acrecienta el que no menos de 150.000 votos se fueran directamente a la basura merced a una ley electoral dispuesta para dejarlos fuera y que a nadie interesa modificar.

Todo esto es bien conocido pero, qué quieren, conviene recordarlo de vez en cuando para relativizar discursos políticos engañabobos y poner las cosas en su sitio, en la medida de lo posible, cuando se avecina la discusión presupuestaria, aun a sabiendas de que para no pocos todo está bien como está. El sistema autonómico canario hace aguas pero nadie parece querer enterarse.

En cuanto a la enmienda a la totalidad, idem de la misma. Su presentación sería tan irrelevante como su renuncia a ella. Con el Parlamento que tenemos no tiene sentido en las islas, sí en otros lugares, la petición de Zapatero. No necesita el PSC apoyarlos para no desairar los deseos presidenciales; le bastaría con abstenerse. Lo que no le impedirá criticar unos presupuestos que no corren riesgo de rechazo. Los únicos en riesgo somos los ciudadanos. La que está montada con la financiación de las corporaciones locales y las resultas de anteriores gestiones sorianas, en el Ayuntamiento de Las Palmas y el Cabildo grancanario. Pero sarna con gusto no pica. La soriasis tampoco.

En el fondo, presentar a López Aguilar como “obligado” a aceptar los presupuestos indica cuanto complace a muchos la pobreza política de Canarias reflejada en un Parlamento reducido a tres fuerzas políticas: dos de derechas unidas en el Gobierno contra la tercera, sociademócrata, con el mayor número de escaños porque a sus votos propios se añadieron los de sectores ideológicos y sociales que no encuentran acomodo y optaron por elegir entre los males el menor. La sensación de pobreza la acrecienta el que no menos de 150.000 votos se fueran directamente a la basura merced a una ley electoral dispuesta para dejarlos fuera y que a nadie interesa modificar.