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El PSC ante el legado de López Aguilar por EDITORIAL
López Aguilar es claramente un personaje dual: grande en la distancia pero que empequeñece en las distancias cortas. Aparenta que pone la política al servicio de sus ambiciones personales, pero pocos saben si ello realmente es así. Cuando el diputado por la provincia de Las Palmas decidió volver a Madrid no sabía, nadie lo sabía, que se iba a un viaje solo de ida.Y sin billete de vuelta. Acaso el no sabía, nadie lo sabía, que el tren no iba a parar en Madrid, donde nadie le esperaba, sino a Estrasburgo.
Y de Europa la vuelta es poco frecuente. Borrel ,Almunia, Mayor Oreja no han podido volver. Por ello su ambición de seguir dirigiendo el PSC, eso sí, si se lo pide el partido, licencia literaria de aplicación permanente en la crónica de las ambiciones personales, es irreal.
Por ello entendemos que lo que esta realmente sobre el tapete no es el papel de López Aguilar como su legado. Blas Trujillo ha contestado a Aguilar que ningún partido socialista fue cómplice de ATI. Acaso tenga algo de razón porque la palabra no es cómplice, pero durante buena parte de esos quince años de gobierno de derechas, el PSC sí que ha sido el regalo que el gobierno PP-CC hubiera pedido cada año a los Reyes Magos para tenerlo en la oposición.
Por eso el legado de López Aguilar es palmario: no dar ni agua a este gobierno que se asfixia y se muere de sed por ser tan mal gobierno, para aniquilarlo en las urnas. Con sus propias manos, seguro que piensa Aguilar en su doméstica megalomanía.
Por todo ello el conflicto queda establecido entre el legado de Aguilar, fiel a lo quieren los votantes, y las urnas y el posibilismo del aparato socialista.
Empezábamos hablando de López Aguilar como el protagonista de la política canaria actual. Pero sumemos dos nombres más. Muchos delegados en Madrid se preguntaban quién era aquél, que con tan buenas formas e igual rigor había defendido la restitución a su sitio de Juan Negrín. Jose Miguel Pérez tuvo su oportunidad y la aprovechó.
Y otro personaje de actualidad, Jose Miguel Bravo de Laguna, que en páginas centrales de un periódico local nos ha venido a recordar que en la derecha canaria pueden florecer otras opciones que la que Soria protagonizó ¿Pero cómo pudo un satrapilla como Soria llegar a tanto? Ya lo dice López Aguilar, con un partido socialista inane y comparsa. Que no cómplice.
López Aguilar es claramente un personaje dual: grande en la distancia pero que empequeñece en las distancias cortas. Aparenta que pone la política al servicio de sus ambiciones personales, pero pocos saben si ello realmente es así. Cuando el diputado por la provincia de Las Palmas decidió volver a Madrid no sabía, nadie lo sabía, que se iba a un viaje solo de ida.Y sin billete de vuelta. Acaso el no sabía, nadie lo sabía, que el tren no iba a parar en Madrid, donde nadie le esperaba, sino a Estrasburgo.
Y de Europa la vuelta es poco frecuente. Borrel ,Almunia, Mayor Oreja no han podido volver. Por ello su ambición de seguir dirigiendo el PSC, eso sí, si se lo pide el partido, licencia literaria de aplicación permanente en la crónica de las ambiciones personales, es irreal.