Espacio de opinión de Canarias Ahora
Los residuos humanos y Chikilicuatre
El desinterés ciudadano por la muerte de inmigrantes es directamente proporcional al interés de los Estados por deshacerse de ellos. El gobierno español critica la decisión de Berlusconi de considerar la inmigración irregular como un delito, pero el ministro Rubalcaba apoya en Europa que se aumente de 40 a 60 días las penas de cárcel sin juicio para los inmigrantes que entran sin documentación a España. El sociólogo polaco Zygmunt Bauman lo explica muy bien en su libro “Vidas desperdiciadas”: “La producción de 'residuos humanos' persiste en sus avances y alcanza nuevas cotas, en el planeta escasean los vertederos y el instrumental para el reciclaje de residuos. La globalización se ha convertido en la más prolífica y menos controlada 'cadena de montaje' de residuos humanos o seres residuales”.
Zygmunt Bauman es de origen judío y tuvo que abandonar la universidad de Varsovia en 1968 debido a la política antisemita del gobierno polaco. Por eso Bauman sabe de lo que habla cuando acusa a los gobiernos occidentales de tratar como “residuos humanos” a la gente que el sistema capitalista no necesita para producir. El sociólogo polaco señala en su libro que “refugiados, desplazados, solicitantes de asilo, emigrantes, sin papeles, son todos ellos residuos de la globalización”.
En la Unión Europea hay un presidente del gobierno que asume este discurso de forma descarada. Silvio Berlusconi trata a los inmigrantes como a una basura que hay que echar de Italia. Los inmigrantes pobres, claro. Una semana después de que en Italia se produjera una oleada de ataques racistas, Berlusconi aprueba una ley contra las víctimas del racismo. 'Il Cavaliere' preside Italia mientras la Fiscalía de Calabria investiga si la “Ndrangueta” falsificó 50.000 votos de residentes extranjeros para atribuirlos de forma ilegal a Pueblo de Libertad, la organización política que presentó como candidato a la presidencia italiana a Silvio Berlusconi. La “NDrangueta” es una poderosa organización mafiosa que ha desbancado a la “Cosa Nostra” como principal grupo criminal de Italia.
El problema es que Berlusconi no está solo en Europa. Además de la mafia calabresa lo acompañan los gobiernos europeos. Sus ideas de criminalizar a los inmigrantes pobres van a ser copiadas, de forma más o menos dura, por el resto del continente. La globalización, el mundo sin fronteras, es un cuento que nos han vendido. No hay fronteras para el dinero, ni para las exportaciones de mercancías de los países ricos a los empobrecidos, ni para los recursos naturales de África a Europa, pero para las personas cada vez se levantan más muros por tierra y por mar. Son gente que simplemente sigue el rastro las riquezas naturales que traemos de allí: petróleo, diamantes, productos agrícolas. Sin la extracción de esos productos a precios de miseria sería imposible las cifras que recoge el relator de la ONU para la alimentación Jean Ziegler en su libro “Los nuevos amos del mundo”: el valor de los patrimonios concentrados por las 15 personas más ricas del planeta supera el Producto Interior Bruto de todos los estados africanos del sur del Sáhara, exceptuando la economía sudafricana. Dice Jean Ziegler que el terrorismo que más muertes causa al día en el planeta es el terrorismo del hambre. El problema es que no perseguimos a los terroristas que provocan el hambre, sino a sus víctimas, a esos residuos humanos de la globalización. Tres africanos murieron de hambre este fin de semana en las costas canarias, en los televisores del hospital donde los médicos intentaron salvar la vida de uno de ellos sonaba la canción del Chikilicuatre, perrea, perrea?
Juan GarcÃa Luján
El desinterés ciudadano por la muerte de inmigrantes es directamente proporcional al interés de los Estados por deshacerse de ellos. El gobierno español critica la decisión de Berlusconi de considerar la inmigración irregular como un delito, pero el ministro Rubalcaba apoya en Europa que se aumente de 40 a 60 días las penas de cárcel sin juicio para los inmigrantes que entran sin documentación a España. El sociólogo polaco Zygmunt Bauman lo explica muy bien en su libro “Vidas desperdiciadas”: “La producción de 'residuos humanos' persiste en sus avances y alcanza nuevas cotas, en el planeta escasean los vertederos y el instrumental para el reciclaje de residuos. La globalización se ha convertido en la más prolífica y menos controlada 'cadena de montaje' de residuos humanos o seres residuales”.
Zygmunt Bauman es de origen judío y tuvo que abandonar la universidad de Varsovia en 1968 debido a la política antisemita del gobierno polaco. Por eso Bauman sabe de lo que habla cuando acusa a los gobiernos occidentales de tratar como “residuos humanos” a la gente que el sistema capitalista no necesita para producir. El sociólogo polaco señala en su libro que “refugiados, desplazados, solicitantes de asilo, emigrantes, sin papeles, son todos ellos residuos de la globalización”.