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La respuesta de los votos

Carlos Sosa / Carlos Sosa

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Ahora toca responder a los asesinos con el único lenguaje posible en democracia, el que se encuentra enmarcado en el Estado de Derecho, y con la voz que tenemos los ciudadanos para expresarnos libremente.

El Partido Popular, posiblemente llevado por las primeras conjeturas de sus analistas de campaña, inició su respuesta a este atentado uniéndose a la unanimidad contra el terrorismo, pero muy pronto empezó a soltar a sus voceros más deleznables para situar en la sociedad un mensaje más rentable para sus intereses electorales: confrontación al Gobierno y vuelta a empezar.

Que ETA haya matado a un socialista debería ser prueba suficiente de que la banda asesina y sus secuaces no están satisfechos con la postura del Gobierno de Zapatero. Pero al PP ese mensaje le le viene mal, como le vino mal que el 11-M fuera obra del terrorismo islamista. Por eso ha ido ajustando su respuesta con el cadáver de Isaías aún de cuerpo presente.

Esta situación requiere, a mi juicio, dos respuestas. La primera, votar masivamente este domingo, y la segunda, evitar hacerlo en favor de partidos políticos que enturbian la convivencia y que se valen del dolor ajeno y del sentimiento colectivo de rabia (un día por ETA, otro día por los secuestros de menores en Gran Canaria) para arañar votos de entre su propia inmundicia.

Ahora toca responder a los asesinos con el único lenguaje posible en democracia, el que se encuentra enmarcado en el Estado de Derecho, y con la voz que tenemos los ciudadanos para expresarnos libremente.

El Partido Popular, posiblemente llevado por las primeras conjeturas de sus analistas de campaña, inició su respuesta a este atentado uniéndose a la unanimidad contra el terrorismo, pero muy pronto empezó a soltar a sus voceros más deleznables para situar en la sociedad un mensaje más rentable para sus intereses electorales: confrontación al Gobierno y vuelta a empezar.