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Sobre salmones y socialistas

La Fundación Pablo Iglesias ha digitalizado todos sus números y pueden leerse en internet. Se comprobará entonces que ya en 1901 las firmas de Benito Pérez Galdós, Unamuno, Pío Baroja, Pedro de Répide y Ciges Aparicio, entre otros notables escritores e intelectuales, enriquecen las páginas de los extraordinarios del 1º de Mayo. En 1913, con motivo de esa misma Fiesta del Trabajo, se siguió publicando un número extraordinario con más páginas y mejor papel, nutrido de ilustraciones y contando con firmas de destacados simpatizantes como José Ortega y Gasset y Joaquín Dicenta. La desgracia ocurrió en 1936: dos de sus directores, Cayetano Redondo y Julián Zugazagoitia, así como los redactores Francisco Cruz Salido y Federico Angulo, fueron fusilados; Francisco Ferrándiz Alborz, escondido casi un año en la Sierra de Alcoy, fue detenido, condenado a muerte y conmutado después. Una vez cumplida su pena escapó al extranjero. Valentín Gutiérrez de Miguel fue también condenado a 30 años y el dibujante José Robledano pasó largos años en diversos presidios.

Con la reinstauración de la democracia tras la muerte de Franco, por “El Socialista” desfilaron firmas de escritores como Ian Gibson, Félix Grande o Andrés Sorel, críticos como Arturo Reverter, periodistas como Víctor Márquez Reviriego, Pedro Altares, José Antonio Novais o Luis Díez, e ilustradores de calidad, entre ellos Forges y Chumy Chúmez. La lista sería interminable, pero sirva al menos para acreditar que si alguien cree que “El Socialista”, como los también históricos Abc o La Vanguardia en otro tono y color político, son publicaciones que menoscaban el honor o el prestigio de quienes pasan por ellas, es que desconoce por completo la fisonomía y realidad de la lectura, la cultura y la historia de España. Y eso dicho por un político o un cargo público me parece aún más grave ?siendo muy preocupante la imputación? que el triste y ya famoso en toda España “caso del salmón”.

Federico Utrera

La Fundación Pablo Iglesias ha digitalizado todos sus números y pueden leerse en internet. Se comprobará entonces que ya en 1901 las firmas de Benito Pérez Galdós, Unamuno, Pío Baroja, Pedro de Répide y Ciges Aparicio, entre otros notables escritores e intelectuales, enriquecen las páginas de los extraordinarios del 1º de Mayo. En 1913, con motivo de esa misma Fiesta del Trabajo, se siguió publicando un número extraordinario con más páginas y mejor papel, nutrido de ilustraciones y contando con firmas de destacados simpatizantes como José Ortega y Gasset y Joaquín Dicenta. La desgracia ocurrió en 1936: dos de sus directores, Cayetano Redondo y Julián Zugazagoitia, así como los redactores Francisco Cruz Salido y Federico Angulo, fueron fusilados; Francisco Ferrándiz Alborz, escondido casi un año en la Sierra de Alcoy, fue detenido, condenado a muerte y conmutado después. Una vez cumplida su pena escapó al extranjero. Valentín Gutiérrez de Miguel fue también condenado a 30 años y el dibujante José Robledano pasó largos años en diversos presidios.

Con la reinstauración de la democracia tras la muerte de Franco, por “El Socialista” desfilaron firmas de escritores como Ian Gibson, Félix Grande o Andrés Sorel, críticos como Arturo Reverter, periodistas como Víctor Márquez Reviriego, Pedro Altares, José Antonio Novais o Luis Díez, e ilustradores de calidad, entre ellos Forges y Chumy Chúmez. La lista sería interminable, pero sirva al menos para acreditar que si alguien cree que “El Socialista”, como los también históricos Abc o La Vanguardia en otro tono y color político, son publicaciones que menoscaban el honor o el prestigio de quienes pasan por ellas, es que desconoce por completo la fisonomía y realidad de la lectura, la cultura y la historia de España. Y eso dicho por un político o un cargo público me parece aún más grave ?siendo muy preocupante la imputación? que el triste y ya famoso en toda España “caso del salmón”.