¡Salvemos al CD Tenerife!

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El equipo de fútbol de una ciudad, capital de provincia o no, es un emblema representativo de valores específicos, expuestos en un escaparate deportivo que exhibe el amor a una patria chica vestida de colores. En este caso el azul y blanco de banderas que ondean a compás del himno que expresa pasión y orgullo por pertenencia al grupo, con el espíritu colectivo dispuesto a disfrutar la victoria cuando sucede; lamentar la derrota cuando llega por injusticias arbitrales; o la gloria de empatar en el último minuto cuando el partido estaba perdido. 

Es la afición de un pueblo que vive, vibra y sueña con los éxitos de su equipo. Son sentimientos que pueden parecer banales y exagerados a quienes repudian esta simbología deportiva. Pero hay que reconocer la misma profundidad que en cualquier otro ideal ético o emocional, cuando un resultado es capaz de cambiar la vida normal de una ciudad… hasta la siguiente jornada.

Nuestro C D Tenerife atraviesa una de las épocas más críticas de su historia. No solo por los resultados adversos y la moral resquebrajada por una gestión lamentable; sino sobre todo por la estructura administrativa de una sociedad anónima deportiva que, en malas manos puede destrozar grandes ilusiones y cualquier viabilidad de futuro. (Léase el caso sangrante de un glorioso Valencia FC; hoy en las pérfidas manos de un especulador, inmune a la indignación colectiva de una gran afición, indefensa ante un desmantelamiento que puede ser irreversible y definitivo. Por citar también a nuestra entrañable U. D. Las Palmas. Otra entidad señera hoy en la picota por mala praxis administrativa). 

Camino llevamos si lo de aquí no se rectifica pronto… Es importante identificar el problema; su enunciado, planteamiento correcto y operaciones adecuadas para ofrecer soluciones. Demostrado queda que un club de fútbol no puede gestionarse con criterio empresarial. Si falla el espíritu deportivo y se supeditan los recursos a un pretendido negocio, que además viene precedido de fracasos operativos varios, conflictos profesionales y sistemático mal trato laboral en las sucesivas empresas; si también existe una estrecha vinculación con un solo partido político –el de siempre–, se cumple el aforismo: “Todo lo que toca la política se contamina y desmorona”. El TeTe no podía sustraerse al anatema y el fracaso está servido en bacinilla de loza fina.

Si para colmo el presidente, condenado por un delito de estafa, deja de ser presunto y bajo sentencia judicial deviene en convicto y confeso, por lógica y sentido común no puede seguir en la poltrona ni un segundo más. Ni mucho menos montar el paripé de un recurso inviable como argucia para prolongar su acomodo presidencial. El daño al club sería irreparable; pero el desprestigio para la dignidad de toda una población produciría tremendo bochorno. 

Este despropósito de mantenella y no enmendalla puede estar apoyado, de buena fe o no, por algunos “fieles” que desde la junta directiva justifican algo así como “No. Es que ha tenido que declararse culpable y pactar con Fiscalía para evitar que sus hijas y él fueran a la cárcel”. Hay argumentos que intentan defender pero producen el efecto contrario… si con ellos, para más inri, se da pie al tópico interrogativo: “¿La Justicia es igual para todos…?”

Santa Cruz merece un C D Tenerife en 1ª división. Pero abocados a la 2ªB y sin un revulsivo suficientemente eficaz, estamos en riesgo de desaparición del club –no seríamos el primero ni el último–. Ni siquiera el dinero público de las generosas subvenciones, prodigadas sin recato por instituciones afectas al desaguisado actual, podrían salvarnos del desastre definitivo.

Quizá no tenga nada que ver, pero desde que desapareció la fuente de la Plaza de La Paz, hoy sustituida por una palangana con ínfulas de jacuzzi, en cuyas aguas se celebraba antaño cada ascenso a 1ª en plan chapuzón colectivo, no se ha vuelto a dar la ocasión ni la refrescante escena… pues últimamente hemos tenido que remar, o bracear con angustia, a contracorriente desde los puestos de descenso al temido infierno de la 2ªB.

Sería curioso que se restaurara dicha fuente en la plaza aledaña de República Dominicana, en sustitución de la “insuficiente” escultura que la preside, y que por arte de birlibirloque, resueltos los conflictos políticos del TeTe, se diera el milagroso ascenso a 1ª, debidamente celebrado como antes en el pilón de aquella preciosa fuente. Parecerá tontería, pero estoy convencido de que si se desmantelase La Cibeles, el R. Madrid no volvería a ganar una Champions. 

Aparte de que la proposición urbanística mejoraría enormemente el paisaje santacrucero en una de sus entradas principales… 

Mucho ánimo a la afición. Firmeza a las peñas en defensa de nuestro patrimonio chicharrero. A las autoridades, por favor, que dejen a un lado sus intereses políticos; se dediquen a lo suyo, que bastante tienen; y a ser posible que no perjudiquen más a un pueblo que no merece tanta felonía.

¡TENERIFE ADELANTE!... ¡Adelante sin temor a la meta final… con la emoción del riquirraca…! 

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