¡Sálvese quien pueda! ¿“Moral” política “occidental”? Militarización, negocios, crímenes, geopolítica y paz necesaria

3 de abril de 2022 17:14 h

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El filósofo alemán Hegel se preguntaba en 1807 en un ensayo, publicado póstumamente, Wer denkt abstrakt? (¿Quién piensa en abstracto?). El ensayo empezaba con una exclamación en francés Sauve qui peut! (¡Sálvese quien pueda!) puesto que, según Hegel, todos huían de palabras como pensar y abstracto como quien huye de la peste, algo similar a nuestra actual huída de la peste pandémica de la COVID.

En ese ensayo explicaba el filósofo que las “personas incultas” y no las “cultas” eran las que pensaban en “abstracto”.

La tesis de Hegel era: “El ignorante piensa en abstracto, no el culto”. Y Hegel lo explica con ejemplos. Primero cita el caso de un asesino. Para la “gente común” esto es “nada más que un asesino”. Este calificativo de “asesino” eclipsa a todo lo demás. Esta simplificación o ceguera parcial es lo que Hegel llama '“pensamiento abstracto”': “No hay duda de que la persona en cuestión es un asesino. ¿Pero no es mucho más que eso? ¿No es también un padre de familia, un minero, un bombero, un pescador recreativo, un amante de las aves? Pero todo eso se derrumba, todas estas otras cualidades o características se hunden en la garganta del que asesinó. Este es el pensamiento abstracto que uno encuentra a menudo en la vida cotidiana. Cualquiera que se desvíe de esto será atacado inmediatamente. Cuando algunas mujeres, mientras conducen al asesino al lugar de la ejecución, comentan que es un hombre fuerte, guapo e interesante, otras reaccionan de inmediato: ”¿Cómo puedes decir eso?“, ”es un asesino“.

Y eso es lo que significa “pensar en abstracto”, no ver en el asesino nada más que este abstracto, que él es un asesino, y aniquilar a todo lo demás de ser humano que hay en él a través de esa simple cualidad, la de ser “asesino”.

El punto de partida de la filosofía de Hegel es que toda la realidad puede ser conocida por la vía de la razón. Todo lo que puede pensarse, por tanto, es real y al revés. La razón se manifiesta en el mundo a través de la realidad absoluta.

El lenguaje abstracto de Biden

El ignorante piensa en abstracto, como parece hacer Biden cuando llama “carnicero” y “criminal” públicamente a Putin, olvidando que aunque eso sea verdad, Putin es presidente de una Federación Rusa con armas atómicas y con aliados a nivel internacional como China, India, Sudáfrica y otros estados que, aunque no estén de acuerdo con la guerra desencadenada en Crimea, mantienen relaciones de todo tipo con Rusia. Por interés en los negocios o por geopolítica.

Macron, presidente de Francia, ha criticado el lenguaje de Biden ya que el francés pretende llegar al acuerdo que frene la guerra y abra camino negociado a la paz. Al mismo tiempo, en toda Europa sube la inflación a 7,6% en febrero. La inflación ascendió en marzo un 9,8% respecto al año pasado, según datos del Instituto Nacional de Estadística, superando el 7,6% de febrero. Es la cifra más alta desde mayo de 1985. Las fábricas de armas podrán funcionar a tope, pero eso no hará bajar los precios de alimentos, alquileres o viviendas, ni tampoco podrán asegurarse los puestos de trabajo. Biden ha continuado su plan anti-ruso y Olaf Scholz, canciller alemán, ha cedido finalmente a la presión americana y ha cerrado el pipeline gaseoducto directo con Rusia al tiempo que sube los gastos militares. Y Olaf Scholz ha hablado de un Cambio de Época, pero nadie sabe – Scholz tampoco- con certeza qué anuncian esos “nuevos tiempos”. Mientras tanto, desde Moscú, Putin prosigue impasible la mecánica y mortal marcha de la confrontación militar, mientras en Ucrania un Zelensky, aplaudido por “Occidente”, sigue el camino de la propaganda belicista y reclama más armamento, da armas a civiles, lo que no hará más que aumentar el número de vÍctimas y ninguna solución, prohibe partidos y periódicos que no le corean sus discursos y continúa con sus consejeros oligárquicos y militariza toda la vida social y política. Zelensky ha ganado, sin duda, la guerra mediática y Putin, también sin duda, minusvaloró al ucraniano creyendo que tal comediante no resistiría su empuje. Como Biden pretendió ver a Putin sólo como “carnicero”, así Putin se engañó viendo en Zelensky sólo como “comediante”. Putin y Biden han sido víctimas del simplista “pensamiento abstracto”.

A Contratiempo

El fallecido cantautor antifranquista Chicho Sánchez Ferlosio, hijo del escritor y miembro fundador de Falange Española, Rafael Sánchez Mazas, tiene un disco grabado en 1978 al que da título una canción del mismo nombre:

A Contratiempo, en que se pide a las carabelas de Colón que retornen a puerto:

Carabelas de Colón

Todavía estáis a tiempo

Antes que el día os coja

Virad en redondo presto, Presto

Tirad de escotas y velas

Pegadle al timón un vuelco

Y de cara a la mañana

desandad el derrotero

Atrás, a contratiempo.

Mirad que ya os lo aviso,

Mirad que os lo prevengo,

Que vais a dar con un mundo

Que se llama el Mundo Nuevo,

Huid a vela y a remo:

El mundo que vais a hacer,

Más os valiera no verlo,

 

Esta canción, reeditada en disco en el 2007, pareciera premonitora de que el mundo que se va a hacer “más nos valiera no verlo”, porque lo “nuevo” que ya nos envuelve diariamente es de una unilateralidad represiva en la “información” de noticias y en todos los aspectos, incluyendo los culturales, prohibiéndose determinados medios informativos por ser “pro-rusos” mientras que se cantan las virtudes de las libertades y la democracia; eso es una MILITARIZACIÓN y no una profundización democrática de todos los aspectos de la vida política, cultural y cotidiana, es decir, lo más cercano a la “guerra total” de que hablaba el ministro francés de Economía Bruno Le Maire, repitiendo inconscientemente la fórmula de Goebbels durante la Segunda Guerra Mundial.

La canción que aconseja a Colón desandar el derrotero se dirige a alguien con rumbo hacia donde cree, equivocadamente, que están las Indias, por una ruta nueva y desconocida. No encuentra lo que esperaba, sino algo nuevo y distinto. En este año 2022 ya conocemos los efectos de las guerras, las miserias que causan y los odios que levantan. Esa ruta la conocemos, pero no en las dimensiones que puede alcanzar. Incluso tenemos las experiencias de las bombas atómicas sobre los países y los seres humanos. Así que esta canción se puede dirigir tanto a Biden como a Putin, tanto a Johnson como a Scholz o al presidente español Sánchez (que parece olvidar las bases americanas en España) porque el “mundo nuevo” que podemos encontrar no será de paz y armonía, sino de cenizas, destrucción y muerte. Y si se descuidan los que se golpean el pecho y gritan amenazas, nosotros- el resto o sea los ciudadanos normales- nos podemos encontrar con un mundo despoblado de seres humanos, al menos vacío de “humanos” tal como los conocemos ahora. Y las mutaciones genéticas causadas por un mundo radioactivo serán peores que las mutaciones COVID.

Los que histéricamente acusan a Rusia de crímenes de guerra y los que nos llevamos -con razón- las manos a la cabeza, no deberíamos olvidar que ha habido otros crímenes de guerra protagonizados por Estados Unidos e Inglaterra, entre otros, que no han sino menos violentos e ilegales, aunque la Prensa occidental no levantase tanto clamor: Yugoslavia, Afganistan, Irak, Libia, etc.. La moral en política ocupa lugar únicamente en la propaganda y la justificación de los propios fines, sean rusos o norteamericanos. Y esa “moral” que callaba ante la guerra de Vietnam o ante las mentiras de Bush ante la ONU para justificar su invasión en Irak o Afganistán, esa “moral occidental” no es de recibo ante un juicio objetivo, como tampoco lo es la pretendida “operación militar anti-nazi” de Putin.

OIDOS SORDOS ANTE QATAR, SAUDI ARABIA, ISRAEL, MARRUECOS, ETC.

El Campeonato del Mundo de fútbol se jugará en Qatar desde el 21 de noviembre al 18 de diciembre de 2022.

No hemos visto ningún boicot a los campeonatos en que, dentro de casi nueve meses, el 21 de noviembre, las selecciones de Senegal y Países Bajos darán el pistoletazo de salida al Mundial de Qatar. Esperemos que ese sea el único pistoletazo que se oiga. Y que nadie los boicotee como hicieron con China.

El vicepresidente Verde, Robert Habeck, de la Alemania que corta la construcción del gaseoducto ruso ha estado en Saudi Arabia y en Qatar. Habeck es también ministro federal de Economía y está preocupado de seguir las instrucciones de Biden y de los estrategas de la OTAN de evitar contacto con los que los rusos que en Ucrania no respetan los derechos humanos y hacen la guerra.

Qatar, es un país árabe con limites con Saudi Arabia y el Golfo Pérsico, y los EEUU lo acusaron no hace mucho de permitir que los terroristas operen dentro de sus fronteras. Qatar fue llamado “el Club Med para terroristas” por el diplomático israelí Ron Prosor, y “la nación mas hipócrita del mundo, que respalda a la coalición liderada por Estados Unidos contra los militantes del Estado Islámico mientras proporciona un ambiente permisivo”, según un alto funcionario estadounidense, “para que los que financian el terrorismo operen con impunidad”. Tales acusaciones provienen de diversos sectores “occidentales”, incluyendo informes de los servicios de inteligencia, funcionarios gubernamentales y periodistas.

Pero los ministros de la Coalición Semáforo alemana, como otros de la Península Ibérica y Europa, hacen oídos sordos. No oyen los bombardeos contra población civil en el Yemen por parte del reino absolutista saudita que dio salida al terrorista Bin Laden y que acaba de decapitar públicamente a 81 personas sin garantías judiciales sin que se sepa cuales fueron sus “crímenes”.

También en estos días Israel dispara cohetes contra territorio sirio, además de haberse anexionado los altos de Golán. ¿Y qué decir del reino absolutista de Marruecos que se anexiona el Sáhara? Bueno, fue Trump quien selló tal anexión y ahora el presidente Sánchez pacta con el rey marroquí la “autonomía” saharahui con cadenas.

MILITARIZACIÓN, NEGOCIOS, CRÍMENES, GEOPOLÍTICA Y PAZ NECESARIA

La “militarización” de gran parte de nuestras vidas se puede ver tanto en la uniformidad unilateral de las “noticias” que nos suministran las agencias de prensa (casi todas norteamericanas) sino también en la “rusofobia” rayana en lo ridículo, sino fuera terriblemente devastadora y totalitaria.

Baste con enumerar algunos de los “democrático-liberales” bloqueos como dejar de programar a Tchaikovsky por algunas orquestas, el desplazamiento de los cuadros de Mikhaïl e Ivan Morozov, la salida o expulsión de Antón Chejov de festivales de teatro y la decisión última del Festival de Cannes, que excluyó a las delegaciones rusas de su edición 2022.

Por un lado se permiten, pese a las anteriores prohibiciones debidas al Corona-Virus, manifestaciones con miles de participantes a favor de Zelensky y contra la guerra de Putin, y por otro lado en Baja Sajonia, Baviera y Berlín se prohiben manifestaciones pro-rusas con multas y penas de cárcel. En diversas regiones federales alemanas se prohiben los símbolos en forma de Zeta “Z” por ser los que llevan los tanques rusos en Ucrania. El significado de la prohibida “Z” varía ya que puede verse como inicial del apellido de Zelensky o como como señal del Ministerio Ruso de Defensa cuyo slogan es “Por la Victoria” (“Za Pobedu”).

El conflicto ya no es entre Rusia y Ucrania, sino entre un Occidente comandado por Biden y una Gran Rusia que previene su seguridad geopolítica frente a las extensiones o “invasiones” de territorios que estaban en el área de sus Seguridades militar y territorial, ayer soviéticas hoy ruso-capitalistas.

Ni los planes norteamericanos, “defensivos” dentro de la mayor Alianza militar conocida (OTAN), han servido para mantener la paz ni la estabilidad política y económica, ni la intervención militar rusa ha logrado una victoria rápida sobre el pretendido “nazismo” del régimen de Kiev. 

Y EN ESA CONFRONTACIÓN SE PIERDEN LIBERTADES Y DEMOCRACIA.

Unos, como el Papa Francisco, rezan; otros se manifiestan en las calles pidiendo la Paz. LA PAZ ES CONDICIÓN NECESARIA PARA UNA VIDA PLENA. Pero mientras los gobiernos estén en manos de unos políticos poco competentes, sumisos a intereses económicos o de prestigio, y sin escrúpulos, lleven la Z rusa en la solapa o la bandera ucraniana en la frente, no nos queda en estos momentos más que gritar con el filósofo Hegel: ¡SÁLVESE QUIEN PUEDA!