Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Gobierno y PP reducen a un acuerdo mínimo en vivienda la Conferencia de Presidentes
Incertidumbre en los Altos del Golán mientras las tropas israelíes se adentran en Siria
Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera

Saro, pasión por la solidaridad y la cultura

0

Esta semana se ha celebrado el ESPAL. Un encuentro que después de veintitrés años, sigue marcándose como objetivo ser una plataforma de cultura y solidaridad entre los tres continentes que bañan el Atlántico. En este marco, cientos de personas nos encontramos la noche del jueves para evocar la figura de Saro Bolaños, mujer que hizo de la solidaridad y la cultura las dos grandes pasiones de su vida.

Susana Hidalgo fue la maestra de ceremonia en este acto. Su ágil ejercicio de memoria hizo que Saro estuviera presente entre sus familiares y sus amigos. Porque recordó aquel trabajo de luchadora infatigable a mediados de los ochenta en la comisión de cultura, que dio como fruto la creación del Ateneo Municipal. Y sus esfuerzos en la recuperación del patrimonio, que hicieron posible la recuperación de la Ermita de Sardina, la Casa de la Enredadera o las Salinas de Pozo. Y sus acciones decididas en los programas de ejercicio y salud o de lactancia materna. Y el trabajo en los programas culturales de barrios, y en la puesta en marcha de las bibliotecas,? Y en las acciones de solidaridad, de apoyo a la causa saharaui y respaldo a lucha del pueblo palestino.

Nos hizo Susana caer en la cuenta de que la realidad actual de la cultura y la solidaridad en Santa Lucía no puede entenderse sin esa comprometida actuación de Saro Bolaños durante los últimos treinta años.

Saro fue tan generosa en su dedicación militante, como firme en la defensa de sus convicciones. No tomaba la salida fácil de rehuir el debate, ni de dar el consentimiento gratuito. Por eso su opinión pesaba.

Fue defensora de su patria chica ?Sardina del Sur-, de su pueblo -Canarias- y, sobre todo defensora de los pueblos oprimidos del mundo. Causa que materializó de modo especial en su militancia por el derecho a tener derechos del pueblo saharaui. Ahí implicó, con el corazón en una mano y el megáfono en la otra, a todo el que pudo alcanzar: gentes de la calle, vecinos, compañeros de partido, representantes institucionales, maestros, médicos, ?

Fue docente; convencida de que el acto educador es potencialmente transformador. No rehuyó el arte ni la historia, pero le interesó más el futuro que el pasado. Por eso sus investigaciones se centraron en los movimientos sociales, en las dinámicas participativas y en la mujer. No le preocupó demasiado el rigor científico del investigador concienzudo que busca desmenuzar la historia al detalle. Solo miraba atrás para encontrar líneas históricas que nos ayudaran a avanzar y para tratar de influir en ellas y modificarlas. Y ahí nacía su militancia: en el convencimiento de que su acción, por limitada que fuese en el inmenso plano de la historia, podía ser un paso más en ese camino difícil de la justicia, la igualdad y la dignidad para todos los pueblos.

Tuvo claro desde hace años ?mucho antes de que naciera el 15M- que son los movimientos sociales de base los que han dado, y los que dan, sentido y vida a la democracia. Y sin movimientos sociales vivos nuestra democracia se puede convertir en un conjunto de formalidades muerto.

Hoy, apenas ochenta días después de que Saro nos dejará, el recuerdo de su discurso, y de nuestras discusiones, nos sigue dando razones para creer que vale la pena apostar por una política de servicio, de compromiso y de militancia; aunque sea a contracorriente; aunque no esté de moda defender la tarea política. Su compromiso será, durante muchos años, el más valioso referente para todos los que queremos una sociedad más justa y más libre para todos los seres humanos que poblamos este pequeño planeta.

Esta semana se ha celebrado el ESPAL. Un encuentro que después de veintitrés años, sigue marcándose como objetivo ser una plataforma de cultura y solidaridad entre los tres continentes que bañan el Atlántico. En este marco, cientos de personas nos encontramos la noche del jueves para evocar la figura de Saro Bolaños, mujer que hizo de la solidaridad y la cultura las dos grandes pasiones de su vida.