Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Satisfacer las necesidades alimentarias de la población mundial? por Miguel Armas
Como lo expuso Danilo Türk, “el mercado libre nunca tuvo la capacidad de crear las condiciones en las que los derechos económicos, sociales y culturales de todos los ciudadanos puedan ser satisfechos y ejercidos plenamente”. Lo mismo que el librecambio internacional de la alimentación tiene poco o nada que ver con la satisfacción de necesidades humanas. A nivel global, el papel del comercio internacional de alimentos no es el de asegurar una nutrición adecuada, sino de encontrar una demanda efectiva, es decir una demanda solvable. Es ésta la razón por la que la mayor parte del comercio agrícola se desarrolla entre poblaciones que ya están correctamente alimentadas.
Un ejemplo especialmente convincente es el del comercio de granos como el maíz que en un 60% se vuelca hacia el mercado de alimentos para animales más que al del consumo humano. (Una forma altamente ineficiente de conversión de las proteínas en energía. Las proteínas animales cuestan más de 10 veces el precio de las provenientes de lentejas y de granos). Este ejemplo nos lleva a reflexionar en la productividad en términos de costos energéticos medio ambientales para concluir que ciertos sistemas agrícolas consumen más recursos de los que producen.
A escala internacional, el problema del hambre no es, ni nunca fue, el resultado de una penuria absoluta. Hay más que suficiente para alimentar al mundo entero y sin embargo, hoy en día, hay más hambrientos que nunca. No es pues una cuestión demográfica, sino un problema de sistema de producción, de distribución y distribución desigual del poder de compra. Además de la inseguridad alimentaria mundial, el librecambio en el sector agrícola refuerza la estructura de la pobreza, al disminuir la capacidad de la gente de cultivar su propio alimento o de adquirirlo.
En los países ricos, la pobreza y el hambre son también realidad :
Existe el ejemplo de las montañas de alimento en Gran Bretaña y los kilómetros de estantes de alimentos en los supermercados, sabemos que un 20% de la población británica no tiene medios para ofrecerse un régimen alimenticio adecuado, si tenemos en cuenta el desempleo creciente y la disminución de la ayuda social. En efecto, cinco compañías controlan el 70% del mercado de alimentos en Gran Bretaña. La inseguridad alimentaria crece también en los países ricos a medida que el sistema alimentario se centraliza cada vez más.
Cuando se habla de los derechos humanos, es imperativo tener un enfoque global para “dar un sentido concreto al concepto del carácter indivisible e interdependiente de todos los derechos humanos”. En este contexto el derecho a la alimentación debe ser defendido al igual que el derecho a la vida. Sin embargo, a pesar de firmar numerosos acuerdos comerciales, a semejanza del librecambio en el sector agrícola que hemos analizado precedentemente, la mayoría de los Estados ponen en peligro la vida de sus ciudadanos. Si no se puede exigir de cada Estado que atienda las necesidades alimentarias de sus ciudadanos, tenemos el derecho de esperar que éste cree las condiciones para cubrir tales necesidades (como lo estipula el artículo 11 del Pacto relativo a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales) y no que acepte condiciones que impidan el disfrute de este derecho fundamental. ¿Es preciso recordar que el acatamiento de los derechos humanos es de carácter obligatorio para los Estados y no facultativo?
Pedimos encarecidamente que en el seno de la Subcomisión se lleve a cabo un estudio sobre la incidencia del librecambio de los acuerdos del GATT y de la OMC sobre los derechos humanos, en el sector agrícola en particular.
* Sindicato Obrero Canario (FSOC El Hierro) Secretario Insular de Agricultura
Miguel Armas*
Como lo expuso Danilo Türk, “el mercado libre nunca tuvo la capacidad de crear las condiciones en las que los derechos económicos, sociales y culturales de todos los ciudadanos puedan ser satisfechos y ejercidos plenamente”. Lo mismo que el librecambio internacional de la alimentación tiene poco o nada que ver con la satisfacción de necesidades humanas. A nivel global, el papel del comercio internacional de alimentos no es el de asegurar una nutrición adecuada, sino de encontrar una demanda efectiva, es decir una demanda solvable. Es ésta la razón por la que la mayor parte del comercio agrícola se desarrolla entre poblaciones que ya están correctamente alimentadas.
Un ejemplo especialmente convincente es el del comercio de granos como el maíz que en un 60% se vuelca hacia el mercado de alimentos para animales más que al del consumo humano. (Una forma altamente ineficiente de conversión de las proteínas en energía. Las proteínas animales cuestan más de 10 veces el precio de las provenientes de lentejas y de granos). Este ejemplo nos lleva a reflexionar en la productividad en términos de costos energéticos medio ambientales para concluir que ciertos sistemas agrícolas consumen más recursos de los que producen.