Consumir con sumo cuidado

Víctor Lemes

17 de julio de 2023 23:07 h

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La política consume, no hay más que ver a sus dirigentes como en cuestión de pocos años se arrugan, se les amarga la expresión facial, se les blanquea el pelo, en resumen, se queman, consumidos como una vela por estar sumidos en la exposición pública y en la responsabilidad social. Tienen que expresarse con sumo cuidado para que, nosotros, sus consumidores, no malinterpretemos sus declaraciones, las que consumimos hasta la saciedad, hasta la saciedad de consumo. 

Consumimos todas sus reflexiones, sus mentiras, sus tácticas, y sus disonancias cognitivas. Les consumimos viendo cómo se consumen por convencernos de que su producto es el idóneo, el más consumible, el que tiene mejores ingredientes, pero no todos cumplen con la garantía de calidad necesaria para ser consumido. Los hay con salmonella, astringentes, con exceso de glucosa, agrios, caducados desde el 36, con moho, sabrosos pero laxantes, insulsos pero digestivos, los hay que embostan y los hay que dejan con hambre, pero ahí estamos consumiéndolos y eligiéndolos porque aunque no tengan el sabor que más nos gusta, debemos elegir el que menos corte de digestión dé. 

Y aunque entre ellos se fagociten por la izquierda, se engullan por la derecha y se consuman mutuamente, han conseguido consumar un panorama político en el que hay que participar con urgencia si no queremos una dura gastrointeritis futura, si no queremos vómitos con bilis de No-Do.

Por lo menos, ya que nos consume lo que consumimos, consumemos una buena digestión. Pasemos de consumir a consumar. Consumar.