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Tasa turística

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Las centrales sindicales CCOO y UGT han reclamado al Gobierno canario la creación de una tasa turística que grave a los visitantes que acudan a nuestro archipiélago en una cantidad todavía por determinar, pero que podría rondar entre 0,5 a 2,5 euros diarios, según la calidad del establecimiento. La propuesta, aún en fase de borrador, es de una enorme oportunidad porque ha sido trasladada al Ejecutivo autonómico con la suficiente antelación como para ser analizada con sosiego durante el debate de los presupuestos regionales y, además, se plantea en un momento en que el turismo ofrece sólidos signos de recuperación, según puede deducirse del Boletín de coyuntura turística elaborado por el Servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife.

La filosofía de la tasa turística consiste en recaudar una pequeña cantidad al visitante extranjero con la finalidad de destinarla a la recuperación de espacios públicos, mejora ambiental de entornos turísticos y de espacios naturales, eficiencia en los servicios públicos (gestión de residuos, depuración de aguas residuales, movilidad sostenible, etc), rehabilitación de planta hotelera obsoleta, promoción turística, etc. Se trata de insuflar ánimos a un sector de la economía que requiere de importantes y selectivas ayudas públicas, abriendo expectativas de empleo en el sector de la construcción por destinar parte de los ingresos que se obtengan a la rehabilitación turística y a nueva obra pública que mejore los entornos turísticos.

Al principio, la exigencia de implantar esta tasa fue bandera en exclusiva de los ecologistas que comprobaban cómo el turismo consumía territorio, dinero público y recursos naturales sin que sufragara en lo más mínimo los gastos ambientales que generaba, pero, pasado el tiempo, desde distintos ámbitos académicos, profesionales y empresariales se comenzó a participar en la necesidad de ir implantando esta tasa como fórmula para mejorar la oferta turística.

Es de felicitar a las centrales sindicales por elevar esta propuesta tributaria al debate público y ahora nos toca a todos promover un acuerdo entre los agentes económicos y sociales. De entrada, para convencer a los empresarios más reacios, podríamos recordarles las recientes declaraciones de Joan Gaspart, presidente del Consorcio Turismo de Barcelona, sobre la tasa turística catalana: “Volvería a apoyar la tasa. Todos los que dijeron que era un error han visto que no ha sido así, porque no ha habido ni el más mínimo problema, ni una queja”.

Las centrales sindicales CCOO y UGT han reclamado al Gobierno canario la creación de una tasa turística que grave a los visitantes que acudan a nuestro archipiélago en una cantidad todavía por determinar, pero que podría rondar entre 0,5 a 2,5 euros diarios, según la calidad del establecimiento. La propuesta, aún en fase de borrador, es de una enorme oportunidad porque ha sido trasladada al Ejecutivo autonómico con la suficiente antelación como para ser analizada con sosiego durante el debate de los presupuestos regionales y, además, se plantea en un momento en que el turismo ofrece sólidos signos de recuperación, según puede deducirse del Boletín de coyuntura turística elaborado por el Servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife.

La filosofía de la tasa turística consiste en recaudar una pequeña cantidad al visitante extranjero con la finalidad de destinarla a la recuperación de espacios públicos, mejora ambiental de entornos turísticos y de espacios naturales, eficiencia en los servicios públicos (gestión de residuos, depuración de aguas residuales, movilidad sostenible, etc), rehabilitación de planta hotelera obsoleta, promoción turística, etc. Se trata de insuflar ánimos a un sector de la economía que requiere de importantes y selectivas ayudas públicas, abriendo expectativas de empleo en el sector de la construcción por destinar parte de los ingresos que se obtengan a la rehabilitación turística y a nueva obra pública que mejore los entornos turísticos.