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El Teide y sus moradores: cuidar lo nuestro es cosa de todos

Sin embargo, muchas de las personas que acuden al Parque Nacional del Teide, no guardan el más mínimo respeto en cuidar el paisaje natural que les ofrece un Teide con unas vistas y unos escenarios magníficos, únicos en el mundo. Los fines de semanas, y mientras el Teide tiene un poco de nieve, es cuando más se nota la presencia de los curiosos. Al siguiente día, lo que anteriormente había sido un manto precioso de nieve, se convierte en muchos sitios del Teide, en un verdadero vertedero de basura; producto de la poca sensibilidad de muchas personas que no saben respetar el medio ambiente. Un Teide, considerado Bien Natural dentro de la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. Reconocido, admirado y respetado por todos los países del mundo, pero algunos de lo que se hacen llamar tinerfeños, isleños y canarios, no saben respetar los entornos de tan bello volcán natural. Los periódicos tinerfeños, con toda la razón del mundo, han destacado la forma de conducta de esos curiosos/as que en lugar de meter los desperdicios o sobrantes de comidas, latas, papeles y bolsas de basuras, en sus respectivos coches y dejarlos en lugares propicios para ello, lo han dejado tirados en las faldas del Teide. Sin duda, es cuestión de cultura y sensibilidad humana.

Por todo ello, el Gobierno de Canarias, bien sea a través de los Cabildos y Ayuntamientos, deberían de aprobar un decreto que sancione a las personas que tiran basuras en un lugar como es el Parque Nacional del Teide, pero con multas económicas que sirvan como ejemplo a otros desaprensivos e irresponsables. De la misma manera, ofrecer a través de Internet y medios de comunicación, cursos y anuncio sobre la importancia y valor medioambiental que tiene saber cuidar el entorno natural como el el Teide. Del mismo modo, no hay que olvidar que nosotros, los canarios, vivimos del turismo y por ello debemos de convertirnos en verdaderos guardianes de las joyas naturales que tenemos en las islas. Lo que no podemos hacer es convertir nuestras fuentes de ingresos en verdaderos basureros; deteriorando y maltratando la imagen y el espacio natural. No hay que olvidar que el Teide recibe unos tres millones de visitantes al año y encima lo hacen de manera gratis. Mientras que en cualquier parte de la Península si quieres visitar y ver determinadas edificaciones históricas, castillos, iglesias, salas de artes etc., tienes que pagar y guardar y respetar unas series de normas cívicas y disciplinarias. Mientras que el Padre Teide, el de todos los canarios, se ve humillado, agredido por la mierda que dejan muchos visitantes. Ante esos irresponsables, debemos ser fieles vigilantes de lo nuestro y denunciar ante las autoridades competentes actos de tan poca sensibilidad y cordura con nuestro entorno geográfico y físico. Así pues, cuidar lo nuestro es cosa de todos. Rafael Lutzardo

Sin embargo, muchas de las personas que acuden al Parque Nacional del Teide, no guardan el más mínimo respeto en cuidar el paisaje natural que les ofrece un Teide con unas vistas y unos escenarios magníficos, únicos en el mundo. Los fines de semanas, y mientras el Teide tiene un poco de nieve, es cuando más se nota la presencia de los curiosos. Al siguiente día, lo que anteriormente había sido un manto precioso de nieve, se convierte en muchos sitios del Teide, en un verdadero vertedero de basura; producto de la poca sensibilidad de muchas personas que no saben respetar el medio ambiente. Un Teide, considerado Bien Natural dentro de la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. Reconocido, admirado y respetado por todos los países del mundo, pero algunos de lo que se hacen llamar tinerfeños, isleños y canarios, no saben respetar los entornos de tan bello volcán natural. Los periódicos tinerfeños, con toda la razón del mundo, han destacado la forma de conducta de esos curiosos/as que en lugar de meter los desperdicios o sobrantes de comidas, latas, papeles y bolsas de basuras, en sus respectivos coches y dejarlos en lugares propicios para ello, lo han dejado tirados en las faldas del Teide. Sin duda, es cuestión de cultura y sensibilidad humana.

Por todo ello, el Gobierno de Canarias, bien sea a través de los Cabildos y Ayuntamientos, deberían de aprobar un decreto que sancione a las personas que tiran basuras en un lugar como es el Parque Nacional del Teide, pero con multas económicas que sirvan como ejemplo a otros desaprensivos e irresponsables. De la misma manera, ofrecer a través de Internet y medios de comunicación, cursos y anuncio sobre la importancia y valor medioambiental que tiene saber cuidar el entorno natural como el el Teide. Del mismo modo, no hay que olvidar que nosotros, los canarios, vivimos del turismo y por ello debemos de convertirnos en verdaderos guardianes de las joyas naturales que tenemos en las islas. Lo que no podemos hacer es convertir nuestras fuentes de ingresos en verdaderos basureros; deteriorando y maltratando la imagen y el espacio natural. No hay que olvidar que el Teide recibe unos tres millones de visitantes al año y encima lo hacen de manera gratis. Mientras que en cualquier parte de la Península si quieres visitar y ver determinadas edificaciones históricas, castillos, iglesias, salas de artes etc., tienes que pagar y guardar y respetar unas series de normas cívicas y disciplinarias. Mientras que el Padre Teide, el de todos los canarios, se ve humillado, agredido por la mierda que dejan muchos visitantes. Ante esos irresponsables, debemos ser fieles vigilantes de lo nuestro y denunciar ante las autoridades competentes actos de tan poca sensibilidad y cordura con nuestro entorno geográfico y físico. Así pues, cuidar lo nuestro es cosa de todos. Rafael Lutzardo