Fin de temporada

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-Bueno, finaliza una nueva temporada, ¿cómo te ha ido?

+ Pues ha sido agridulce, la verdad. Y ha sido agridulce porque esperando que nos pudiéramos olvidar de las penurias y avanzar en la recuperación, no paran de suceder cosas siendo, la mayor parte de ellas, desagradables. 

-Sí, la verdad es que cuando parece que va a escampar, nuevos nubarrones acechan y descargan la tormenta.

+ Y no solo eso. Noto que mi existencia es demasiado mundana para mi gusto. Mira que hay grabaciones de conversaciones y a mí no me la han hecho ni cuando llamo al médico para pedir cita. Da la sensación de que no le importo a nadie. 

-Pero ¿qué dices? Eso es una buena noticia. No es que seas invisible, sino que las cosas que haces están amparadas por la legalidad.

+ Y que serán aburridas y que no le interesan a nadie, porque alguna piedra le he tirado a algún gato, como quien dice.

-Yo que tú no me preocuparía. Es mejor mantener una posición neutra y compensada que no estar todo el día con la tensión alta porque al final el sol siempre vuelva a salir.

+ Seguro que sí, pero esto de estar aquí simplemente por estar no es lo que más me apasiona. A mí me gustaría dejar alguna cicatriz. Eso de plantar un árbol, escribir un libro o tener descendencia se está cambiando por regar una planta, leer un cartel y cuidar de una mascota y tampoco es plan. Si se está, se está.

-Se nota que necesitas vacaciones después de haber perdido el ímpetu del estreno de la temporada. ¿No tienes nuevos retos? ¿No tienes problemas que solucionar? Pues focalízate en ellos y deja de preocuparte por todo.

+ ¿Problemas?, Miles. ¿Ganas?, las justas.  Y ¿por qué? Porque no tiene retorno alguno. No yo, sino parte de la sociedad en general siento que ha perdido fuerza y energía, tanto física como mental y, por supuesto, emocional, de modo que, o nos inyectan voluntad, o nos volvemos zombis.

-Te inyectan voluntad o te la generas, porque se muestra mucha comodidad cuando requieres que el exterior te solucione tus inconvenientes.

+ No estaba pensando en eso. Nadie está reclamando que cada cual no haga su trabajo. Lo que ocurre es que hasta los debates se dirigen en aras de la comodidad de la clase dirigente. Clase dirigente en la que hemos delegado la gestión de colectivo.

-Ya, pero para eso está la democracia ¿no? El asamblearismo no es la mejor de las opciones y menos cuando tienes que atacar problemas complejos… lo mejor es dejar las cosas en manos de quien saben.

+ O aparentan saber. No obstante, también se puede actuar sobre el contexto, trabajando las problemáticas que causan la desesperanza. El exceso de protagonismo de una parte junto a la falta de visibilidad de otra genera polarizaciones con pocos referentes y valores poco estables a través de instaurar acciones que permitan dar perceptibilidad a las partes menos iluminadas. De hecho, educar en valores con mayor permanencia y generar referentes en los distintos momentos vitales puede ser de gran utilidad, así como proporcionar roles y papeles deseables que cumplir. Y, además, ¿sabes lo que te digo? Que se acabó y con el tiempo libre que nos ofrece el veranito voy a plantear una revolución para cambiar algo, por poco que parezca, porque ya está bien de seguir tragando y tragando sin hacer nada. Ya verás en septiembre. Ya verás…

José Miguel González Hernández