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La tendencia
El análisis de las tendencias salariales para 2025 no solo refleja la evolución de la economía global, sino también las profundas desigualdades que persisten entre sectores y regiones, creando un escenario complejo y polarizado. En este contexto, Canarias se encuentra en una posición vulnerable, lo que exige un enfoque claro y estratégico para garantizar un futuro más equilibrado y competitivo. Tengamos en consideración que, a nivel global, los sectores como el farmacéutico y el sector económico que engloba a las empresas especializadas en la comercialización masiva de productos o servicios uniformes a grandes cantidades de clientes son los grandes ganadores en términos salariales. Con incrementos superiores al 10% en el caso del primero, la resiliencia de las empresas farmacéuticas frente a crisis globales y su capacidad de innovación se han traducido en ajustes salariales sustanciales. La venta masiva, por su parte, aunque con aumentos más moderados, refleja la importancia de adaptarse a un entorno digital y a la transformación de los hábitos de consumo. Sin embargo, esta bonanza no es compartida de manera uniforme: sectores como la industria, la construcción y la logística, donde los márgenes son más ajustados y la presión sobre los costes operativos es constante, han visto limitados sus aumentos salariales, con apenas ajustes que superan la inflación.
La situación de Canarias, sin embargo, añade una capa de complejidad adicional. La economía del archipiélago sigue dependiendo de sectores intensivos en horas de trabajo, alimentando a la baja la productividad. En este sentido, los salarios en este sector han comenzado a mejorar en algunos casos, pero no al ritmo necesario como para hacer converger en rentas al Archipiélago frente al resto del territorio nacional. Tengamos en cuenta que la estructura del mercado laboral en Canarias es también una de las grandes barreras a la equidad salarial. Las pequeñas y medianas empresas dominan el tejido empresarial, lo que limita las posibilidades de generar mayores salarios sin dejar de ser competitivas frente a otras regiones de España. A pesar de que el coste de vida difiere, tanto por los condicionamientos estructurales, como es la insularidad, la dimensión y la lejanía, la dependencia de importaciones elevan los precios de muchos bienes esenciales, lo que reduce esa aparente ventaja.
Al final, la brecha salarial entre Canarias y la península es una de las manifestaciones más evidentes de una estructura económica desigual que se perpetúa a lo largo del tiempo. Por esa razón, para hacer frente a este problema, es necesario un enfoque que considere las particularidades de las Islas y que promueva políticas activas de formación y capacitación, un mejor acceso a la innovación y un compromiso claro con la sostenibilidad porque el futuro de Canarias, en términos salariales, aspira a ofrecer un modelo económico más inclusivo, que valore adecuadamente el talento local y sea capaz de retenerlo. Solo así las Islas podrán afrontar los desafíos de la globalización y las tendencias económicas del futuro. De lo contrario, lo sucedido en los últimos veinticinco años volverá a repetirse durante los próximos veinticinco, asumiendo que seguirá repitiéndose que el 1% más rico de la población mundial poseía más del 40% de la riqueza global, mientras que el 50% más pobre tenía solo el 2% de la riqueza. la distribución de la renta y la concentración de la riqueza son cuestiones profundamente interrelacionadas y siguen siendo un desafío global porque, a pesar del crecimiento económico, la desigualdad se mantiene o, incluso, ha aumentado.
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