Espacio de opinión de Canarias Ahora
De traiciones a Canarias, pleitos, congresos y otras cosas
Todos somos aves de paso. Un día te encaramas a lo más alto y a la mañana siguiente vuelves a ser un ciudadano más. Y para perpetuarse, desde la altanería o el olvido del converso, babean, vaya si babean. Todo lo que huele a poder, a ese poder de aroma envolvente, les interesa, cegados por ese convencimiento de sentirse actores principales de una opereta burda, provinciana y con insultantes muestras de patetismo. Ustedes se preguntarán a qué viene este desahogo. Muy sencillo. No necesito reivindicarme; yo no. Mi partido gobierna Canarias desde hace catorce años, con errores e irrefutables aciertos. No sé dónde estaré dentro de ocho meses o dos años. Lo que sí sé es que voy a dejarme la piel por el proyecto político al que pertenezco, en el espacio de decisión que me toque asumir, como lo he hecho hasta ahora. A otros les corresponde juzgar mis actuaciones políticas, espero que con el mismo respeto que yo profeso hacia el compromiso social que ellos se arrogan.
Retomo mi papel en la arena política. Después de consumada la traición a Canarias por parte del PSOE, abonando las tesis de quienes manteníamos que quedarse fuera del Gobierno de Canarias traería represalias en forma de Estatuto dinamitado o Presupuestos Generales del Estado barnizados de dulce venganza, nos encontramos con una congreso extraordinario de los socialistas canarios que ha servido, como cabía esperar, para entronizar a López Aguilar, aunque todavía se desconoce, y sus corifeos se han encargado de alejar este punto del debate, si su reinado va a ser o no en el exilio. Un chiste corrió por los pasillos del Alfredo Kraus: a cada compromisario se le va a regalar una webcam para facilitar el trabajo al nuevo secretario general. En un mundo global las nuevas tecnologías se encargan de romper las barreras geográficas.
Escuchamos discursos que, una vez más, han sonado a antiguos, a manoseados. Un partido que dice ser alternativa podría haber empleado esta oportunidad para explicar qué quieren para Canarias. Sin embargo, las mismas frases hechas que denotan que aquel 27 de mayo, ya lejano, ha encerrado a los socialistas en una jaula de cristal. Siguen abonando el pleito. Remedan el discurso de alguien que rozó el patetismo ?Román Rodríguez- en este cónclave y que avergonzó a todo aquel que se siente nacionalista en Gran Canaria. Es lo más parecido a un taxi con la luz verde, que espera desesperadamente que alguien del PSOE reclame sus servicios. No hará ni bajada de bandera y además no cobrará la carrera.
Calamitoso también Juan Carlos Alemán. Podría haber optado por la elegancia en su despedida, pero prefirió decantarse por las malas formas. “Rivero debe dimitir si Rajoy pierde las generales”, sentenció. Quizás quiso caer en gracia a la comitiva llegada desde Madrid. Una pena.
Parece ser también que ningún socialista canario quiso cuestionar el frente común en defensa del REF. A algunos les salieron sarpullidos el domingo por la mañana cuando conocieron el posicionamiento de los agentes sociales con respecto a este tema. Le tocó hacer un amago a alguien que se ha convertido en el invitado “graciosillo” de este tipo de encuentros: José Blanco, alias “dime cuatro cosas que yo me las apaño, bien sea en Cuenca, en Las Palmas de Gran Canaria, o en Logroño”.
Con respecto a la patrimonialización de la zeta, qué quieren que les diga. Pues que escaso bagaje de toda una legislatura es presentarse ante los electores con argumentos tan banales, máxime cuando alguien echa mano del término solidaridaz después de haber menospreciado al presidente de los canarios. Igual le resulta gracioso que la demandada entrevista permanezca en almíbar. Por supuesto que cuando en su dietario haya un hueco se producirá una conversación de tú a tú. En una conversación se espera que haya feed back, una retroalimentación que enriquezca a ambas partes. Claro que Paulino Rivero va a escuchar a Zapatero, algo que, por cierto, reclaman los socialistas canarios a su nuevo secretario general.
Sin embargo, vemos como el presidente del Gobierno central emplea un tono chulesco para aceptar ese encuentro, jugueteando con su agenda; pero no debe olvidar que la entrevista es con el presidente de los canarios, un presidente que representa a todo un pueblo en virtud de un acuerdo de gobierno que suma 34 diputados. No es un pacto de perdedores, como él lo llama después de habérselo susurrado al oído quien huye cuando le preguntan si va a atender por videoconferencia las demandas de Canarias si decide hacer valer su billete de ida y vuelta. En todo caso, nos gustaría que ZP tuviera los arrestos de decir en Galicia o Cataluña que allí gobiernan pactos de perdedores.
Debajo de la máscara del talante sólo hay soberbia y desprecio a las instituciones de nuestra comunidad autónoma. Ni Suárez, ni González, ni Aznar despreciaron de esta forma a Canarias. ZP juguetea con los números para intentar convencer, sin éxito, de las excelencias de los PGE. ¿Por qué no se prodigó en aclarar a los canarios las razones por las cuales los catalanes y andaluces reciben, en inversión per capita, 200 euros más que los canarios? Solbes le podría haber ayudado: “Hay que ser generosos con Cataluña para evitar problemas de otro tipo”.* José Torres Stinga. Presidente nacional de Coalición Canaria.
José Torres Stinga *
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