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Una de ultrainsularistas

Sé que no debería hacerlo, pero las embestidas de áticos prominentes (Adán, Zerolo) contra la Prensa grancanaria, junto al silencio respecto a El Día y su matraca anticanariona de toda la vida, con el añadido de la solicitud cabildicia del Premio Canarias de Comunicación para su editor, indican que las opiniones de este sujeto no son casuales y que no es bueno callarse.Ayer, por ejemplo, dije que de Paulino no esperamos que hable de sus paseos por Las Canteras o de su habilidad como asador de pollos sino que explique qué hay de la reforma electoral, de la ley de sedes o de la sede parlamentaria en Gran Canaria, entre otras cosas. Pero tan lógica exigencia a un político en ejercicio le sirvió al lector ático para desaconsejarle al presidente vivir en la ciudad de Las Palmas, recordándole “la lluvia de pitos e insultos” a Adán cuando la reinauguración del Pérez Galdós; está visto que el hombre no ha visto llover de verdad en su vida.Son tan pocos los ultrainsularistas tinerfeños que hace unos días, durante un concierto juvenil en Tenerife, abubiaron de mala manera a una pobre chica: la llamaron al escenario, le preguntaron de dónde era y la armó el público cuando dijo, ya ven, que de Las Palmas.Podría contarles muchos casos, pero prefiero atenerme a los que están en los periódicos. En ellos figuran los paraguazos a José Medina, ex consejero de Obras Públicas, a la entrada del Parlamento cuando la ley de Aguas. Una agresión con precedente famoso: el Viernes Santo de 1893 los diputados grancanarios fueron apedreados en Santa Cruz y tuvo que intervenir la milicia para controlar el tumulto y que no los tiraran al mar, al que fueron a parar sus equipajes. De viejo le viene la tos al gato, pues.Como nueva muestra de que en Tenerife no hay insularismo, qué va, la ya histórica manifestación santacrucera contra la ULPGC. Ahí es nada echarse a la calle para oponerse a las aspiraciones de otro pueblo. Y utilizando los mismos argumentos con que a principios del siglo XX fueron contra el primer Instituto de Enseñanza Media de Las Palmas. Ni siquiera se preocupan de renovarse. Galdós, por cierto, apoyó el Instituto y nueva manifestación para arrancar su nombre de la calle que le fuera dedicada.Más hablan quienes más tienen que le digan.

Sé que no debería hacerlo, pero las embestidas de áticos prominentes (Adán, Zerolo) contra la Prensa grancanaria, junto al silencio respecto a El Día y su matraca anticanariona de toda la vida, con el añadido de la solicitud cabildicia del Premio Canarias de Comunicación para su editor, indican que las opiniones de este sujeto no son casuales y que no es bueno callarse.Ayer, por ejemplo, dije que de Paulino no esperamos que hable de sus paseos por Las Canteras o de su habilidad como asador de pollos sino que explique qué hay de la reforma electoral, de la ley de sedes o de la sede parlamentaria en Gran Canaria, entre otras cosas. Pero tan lógica exigencia a un político en ejercicio le sirvió al lector ático para desaconsejarle al presidente vivir en la ciudad de Las Palmas, recordándole “la lluvia de pitos e insultos” a Adán cuando la reinauguración del Pérez Galdós; está visto que el hombre no ha visto llover de verdad en su vida.Son tan pocos los ultrainsularistas tinerfeños que hace unos días, durante un concierto juvenil en Tenerife, abubiaron de mala manera a una pobre chica: la llamaron al escenario, le preguntaron de dónde era y la armó el público cuando dijo, ya ven, que de Las Palmas.Podría contarles muchos casos, pero prefiero atenerme a los que están en los periódicos. En ellos figuran los paraguazos a José Medina, ex consejero de Obras Públicas, a la entrada del Parlamento cuando la ley de Aguas. Una agresión con precedente famoso: el Viernes Santo de 1893 los diputados grancanarios fueron apedreados en Santa Cruz y tuvo que intervenir la milicia para controlar el tumulto y que no los tiraran al mar, al que fueron a parar sus equipajes. De viejo le viene la tos al gato, pues.Como nueva muestra de que en Tenerife no hay insularismo, qué va, la ya histórica manifestación santacrucera contra la ULPGC. Ahí es nada echarse a la calle para oponerse a las aspiraciones de otro pueblo. Y utilizando los mismos argumentos con que a principios del siglo XX fueron contra el primer Instituto de Enseñanza Media de Las Palmas. Ni siquiera se preocupan de renovarse. Galdós, por cierto, apoyó el Instituto y nueva manifestación para arrancar su nombre de la calle que le fuera dedicada.Más hablan quienes más tienen que le digan.