Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Qué nos une?
La visita tuvo un tono eminentemente empresarial. Los diputados dejaron de lado temas como la falta de libertad y democracia, la radicalización del régimen y la injusticia en la explotación de los recursos naturales, cuyos beneficios en un 90% van a parar a Obiang y a sus familiares, y dieron la espalda a la oposición, con la que en ningún momento se reunieron.
Con este viaje, al dictador se le ha obsequiado un desagravio por el que no ha hecho mérito alguno, eternizado en el poder y mantenido en las últimas elecciones por una maquinaria de fraude, manejada por él mismo, que concedió un único escaño a la oposición. Con este viaje se traiciona una política exterior española basada en los principios. Con este viaje se pone de manifiesto que ante la posibilidad de un beneficio económico no existe principio ni derecho humano que valga. Con este viaje, sólo para facilitar la presencia empresarial española en Guinea, se halaga al dictador sin importar lo más mínimo que las ganancias que pueden obtener empresarios españoles estén manchadas de injusticias y de sangre.
El remate final es leer la frase de Bono a Obiang: “Es muchísimo más lo que nos une que lo que nos separa”. Y yo me pregunto, ¿nos une un sanguinario dictador, que ha vuelto a implantar la pena de muerte, al frente del país?, ¿nos une un dictador que roba todos los recursos y las ganancias a sus ciudadanos?, ¿nos une un dictador que ha conseguido que un país con gran cantidad de riqueza se convierta en uno de los más pobres del planeta?, ¿nos une unas leyes que no se respetan, unos derechos humanos constantemente pisoteados? No, y mil veces no. Yo afirmo, y como yo creo que lo harían muchos españoles, que muy poco es lo que nos une y casi todo lo que nos separa.
Vergüenza, desesperación, rabia. Ante esto yo recurro a Mafalda: “Párenme este mundo que yo me bajo”.
Coca de Armas Fariña
La visita tuvo un tono eminentemente empresarial. Los diputados dejaron de lado temas como la falta de libertad y democracia, la radicalización del régimen y la injusticia en la explotación de los recursos naturales, cuyos beneficios en un 90% van a parar a Obiang y a sus familiares, y dieron la espalda a la oposición, con la que en ningún momento se reunieron.
Con este viaje, al dictador se le ha obsequiado un desagravio por el que no ha hecho mérito alguno, eternizado en el poder y mantenido en las últimas elecciones por una maquinaria de fraude, manejada por él mismo, que concedió un único escaño a la oposición. Con este viaje se traiciona una política exterior española basada en los principios. Con este viaje se pone de manifiesto que ante la posibilidad de un beneficio económico no existe principio ni derecho humano que valga. Con este viaje, sólo para facilitar la presencia empresarial española en Guinea, se halaga al dictador sin importar lo más mínimo que las ganancias que pueden obtener empresarios españoles estén manchadas de injusticias y de sangre.