La vida vence a la Justicia por Onofre Jerez Ojeda

“La muerte venció a la justicia” dictaminó el reciente óbito del gran tirano del Cono Sur. La mención ingeniosa, la descripción poco oportuna; lo cierto es que la vida hoy, de nuevo, entendida darwinista, predadora, cainista..., está constantemente venciendo a la justicia: Fraga, canalla y reaccionario como nunca, vocifera la vuelta a las dos Españas, si se permite que una anciana de noventa años y sus hijos de setenta, Fuencaliente, la Sima de Jinámar..., se atreven a abrazar los huesos testigos de las vilezas de aquel pasado, que lo posicionó, primero, como catedrático, y tras mucho pasillo con los asesinos, como ministro.En la capital tinerfeña, el chicharrerismo déspota, el que desde su visión clasista ha contaminado de insularismo a esa realidad tan importante que conforma a nuestra tierra, se unen, en siglas son una misma cosa: ATI-PP, para resistir la caída del Generalísimo Franco en plena rambla santacrucera. Revisionismo rojo. Segunda transición. Ley de Memoria Histórica. No. Lo que vale es la Transición desde el “que se sienten coño”: La memoria desde la desmemoria colectiva.En nuestra Gran Ciudad, en Telde, a la que quieren pequeña, intrascendente, los que vilipendian, los que injurian, los mentirosos, estos son los que dicen mentiras blandiendo papeles que no dicen nada; tras vilipendiarse, injuriarse y tirarse sinrazones entre ellos, se juntan ahora, en fiestas sorpresas, en Pactos mercantilistas..., para reivindicar decencia, para gobernar las Casas Consistoriales de nuevo, en actos únicos de vaciado de contenido de la Moral y de la Acción Política. La Vida, con mayúsculas, nada tiene que ver con el titular de esta opinión, atiende esta, sin ambages, a la extroversión frente al bombardeo de colectividad que supone bajar a la calle, a la reflexión de la Comunidad frente al protagonismo de la Persona, en ello la Vida no se entiende sin Justicia Social. Lo demás, no podemos llamarle vida, no deja de ser pervivencia nonata.*Secretario de comunicación y deportes NC-NGC de Telde. Onofre Jerez Ojeda*

“La muerte venció a la justicia” dictaminó el reciente óbito del gran tirano del Cono Sur. La mención ingeniosa, la descripción poco oportuna; lo cierto es que la vida hoy, de nuevo, entendida darwinista, predadora, cainista..., está constantemente venciendo a la justicia: Fraga, canalla y reaccionario como nunca, vocifera la vuelta a las dos Españas, si se permite que una anciana de noventa años y sus hijos de setenta, Fuencaliente, la Sima de Jinámar..., se atreven a abrazar los huesos testigos de las vilezas de aquel pasado, que lo posicionó, primero, como catedrático, y tras mucho pasillo con los asesinos, como ministro.En la capital tinerfeña, el chicharrerismo déspota, el que desde su visión clasista ha contaminado de insularismo a esa realidad tan importante que conforma a nuestra tierra, se unen, en siglas son una misma cosa: ATI-PP, para resistir la caída del Generalísimo Franco en plena rambla santacrucera. Revisionismo rojo. Segunda transición. Ley de Memoria Histórica. No. Lo que vale es la Transición desde el “que se sienten coño”: La memoria desde la desmemoria colectiva.En nuestra Gran Ciudad, en Telde, a la que quieren pequeña, intrascendente, los que vilipendian, los que injurian, los mentirosos, estos son los que dicen mentiras blandiendo papeles que no dicen nada; tras vilipendiarse, injuriarse y tirarse sinrazones entre ellos, se juntan ahora, en fiestas sorpresas, en Pactos mercantilistas..., para reivindicar decencia, para gobernar las Casas Consistoriales de nuevo, en actos únicos de vaciado de contenido de la Moral y de la Acción Política. La Vida, con mayúsculas, nada tiene que ver con el titular de esta opinión, atiende esta, sin ambages, a la extroversión frente al bombardeo de colectividad que supone bajar a la calle, a la reflexión de la Comunidad frente al protagonismo de la Persona, en ello la Vida no se entiende sin Justicia Social. Lo demás, no podemos llamarle vida, no deja de ser pervivencia nonata.*Secretario de comunicación y deportes NC-NGC de Telde. Onofre Jerez Ojeda*