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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Los niños y niñas también son víctimas

Tras 11 años de entrada en Vigor de la Ley 16/2003 de prevención y protección integral de las mujeres contra la violencia de género en Canarias y 10 de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, y a pesar de que en nuestra sociedad se han producido avances en la lucha para erradicarla, aún perviven numerosas formas y expresiones de violencia fundadas en la desigualdad entre los sexos. Dichas formas de violencia vulneran los derechos humanos de las mujeres y las niñas.

Constatamos que aún perviven condiciones sociales que facilitan la pervivencia de la violencia machista en el ámbito de la pareja, las agresiones sexuales a mujeres y niñas, la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual y otras formas de intolerable vulneración de derechos.

Entendemos que sólo avanzando en Igualdad podremos hablar de una sociedad verdaderamente libre, en la que las mujeres y los hombres se relacionen sin dominio ni sumisión: sin violencia.

Es necesario adoptar nuevas medidas para reforzar la lucha contra la Violencia de Género. Una lucha que debe implicar a los partidos, a las organizaciones de la sociedad civil, a las Instituciones y toda la población.

La participación corresponsable de partidos, instituciones, empresas, sindicatos, asociaciones... hombres y mujeres, con acciones comprometidas por la Igualdad, serán imprescindibles. Queremos hacer un llamamiento especial a los hombres igualitarios, para que su compromiso contribuya a reducir a 0 la tolerancia social hacia todas las formas de dominación y presión contra la libertad de las mujeres.

Pero se hace necesario hacer un reconocimiento en la ley de forma efectiva a los hijos e hijas de las mujeres víctimas, en dejar de utilizar con respecto a los menores en el término de víctimas indirectas de la violencia de género. Establecer que tenemos la obligación de hablar de los menores como Víctimas directas de la violencia de Género, y en consecuencia que le debe dar la protección por parte de la administración a los menores en la misma medida que a las mujeres que padecen violencia de Género.

Las situaciones de violencia sobre la mujer afectan a los menores y las menores que se encuentran dentro del ámbito familiar. Son Víctimas de esta violencia.

Se hace necesario considerar que la violencia de género es una forma de maltrato infantil ya que las hijas y los hijos de las mujeres que sufren violencia de género son víctimas de la misma, porque tiene consecuencias sobre su desarrollo en todos los aspectos.

Y teniendo en cuenta que los estudios concluyen que los niños y niñas que están expuestos a la violencia presentan más problemas de conducta y de otra índole que los que no lo están, se hace necesario por tanto, asumir desde las Instituciones que hay que ofrecerles recursos para que sean atendidos y que deberá disponerse de medidas de protección que tengan en consideración el interés superior del menor y de la menor Sólo así estaríamos atendiéndoles de verdad.

Tras 11 años de entrada en Vigor de la Ley 16/2003 de prevención y protección integral de las mujeres contra la violencia de género en Canarias y 10 de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, y a pesar de que en nuestra sociedad se han producido avances en la lucha para erradicarla, aún perviven numerosas formas y expresiones de violencia fundadas en la desigualdad entre los sexos. Dichas formas de violencia vulneran los derechos humanos de las mujeres y las niñas.

Constatamos que aún perviven condiciones sociales que facilitan la pervivencia de la violencia machista en el ámbito de la pareja, las agresiones sexuales a mujeres y niñas, la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual y otras formas de intolerable vulneración de derechos.