Espacio de opinión de Canarias Ahora
Y otra vuelta de tuerca
El ministro Lehman Brothers, De Guindos para sus amigos, presentó los presupuestos del estado este viernes 30 de marzo y lo hizo en Copenhague, rindiendo cuentas no ante aquellos y aquellas en quienes delegamos el ejercicio de nuestra soberanía, sino ante el euro-grupo y, al mismo tiempo, ante las estructuras financieras internacionales. En tales circunstancias y frente a tal foro (su color es azul, tirando a añil) es mucho más placentero y reconfortante presentar los deberes y era de esperar que cosechara entusiastas aplausos y felicitaciones. Sin embargo y de lo poco que conocemos de esos presupuestos se desprende que para los españoles de a pie, para el grueso de la ciudadanía, no existe ninguna razón para el aplauso, más bien y por el contrario, para echarnos manos a la cabeza, pues esos presupuestos prometen mayores recortes de los especulados -que ya se esperaban demoledores-.
De las escuetas explicaciones de Montoro y Santamaría el mismo viernes, o de las del propio Rajoy ante el PP este lunes, sólo se obtienen mayores motivos para el desasosiego. Nuevamente el discurso de las medidas “dolorosas a la par que inevitables” para advertir que se realizarán recortes brutales que, lógicamente, tendrán su traslación forzosa a las diferentes autonomías. Congelación salarial -de momento-, disminución drástica de la inversión pública en políticas de empleo (aproximadamente 1.500 millones de ?), rebaja del 17% a los distintos ministerios, reducción de las partidas destinadas a políticas sociales, especialmente grave en relación a la financiación de las ayudas a la Dependencia (Ley de Autonomía Personal), reducción de las bonificaciones al transporte de pasajeros, laminación de los servicios públicos, son algunas de las medidas tímidamente descritas por el gobierno que, como quien no quiere la cosa, intenta colarnos, por añadidura y como guinda del pastel, una grotesca justificación de su amnistía fiscal para los grandes fortunas defraudadoras.
A la espera de conocer el desglose de los presupuestos en el BOE, muchísimos expertos económicos los tildan de suicidas -incluidas las editoriales de medios tan poco sospechosos de posicionamientos asociables al ámbito “antisistema” como lo son The Economist o Financial Times- y afirman que la dirección a la que se conduce al estado español es a la de una encrucijada sin salida; a un bucle de recesión creciente y continua que nos sitúa cada vez más cerca de la senda griega.
Lo que parece indudable, ya a estas alturas, es que el Gobierno español está más preocupado de rendir cuentas ante las grandes organizaciones bancarias, especialmente las alemanas, asegurando por encima de cualquier otro objetivo el pago de los intereses de sus créditos, que en respetar, representar y ejercer la soberanía depositada por el pueblo. Sin embargo, en ese afán, nos anuncia que necesariamente el estado deberá seguir endeudándose porque la grave recesión que padecemos impide que encontremos otra vía para asegurar los ingresos precisos. La pescadilla que se muerde la cola.
La Reforma Laboral, contestada incuestionablemente por la ciudanía el pasado 29 de marzo, se encargará de reducir los salarios de forma generalizada, sustituyendo el empleo estable y con derechos por empleo precario y barato. Si sumamos los efectos de los presupuestos generales y la inmediata subida de tarifas en agua, luz, gas, teléfono, combustibles, etc., que nos esperan en los próximos días, la jugada está servida: Si no se puede devaluar la moneda, se devalúa a las personas.
Las fichas de dominó siguen cayendo una tras otra y, día a día, se nos condena a un mayor empobrecimiento al tiempo que a una mayor desprotección como individuos y como pueblos. De poco nos sirve depositar un voto en una urna si el gobierno saliente actúa del mismo modo y manera que los impuestos en Grecia o Italia, es decir, siguiendo los mandatos de las estructuras financieras. Pero obvian u olvidan un detalle: cuando menos tenemos que perder más tenemos que ganar y por lo que luchar. Las movilizaciones del 29 de marzo marcan el camino.
* Miembro de Co.bas y de Canarias por la Izquierda- Sí se Puede
Adolfo Padrón*
El ministro Lehman Brothers, De Guindos para sus amigos, presentó los presupuestos del estado este viernes 30 de marzo y lo hizo en Copenhague, rindiendo cuentas no ante aquellos y aquellas en quienes delegamos el ejercicio de nuestra soberanía, sino ante el euro-grupo y, al mismo tiempo, ante las estructuras financieras internacionales. En tales circunstancias y frente a tal foro (su color es azul, tirando a añil) es mucho más placentero y reconfortante presentar los deberes y era de esperar que cosechara entusiastas aplausos y felicitaciones. Sin embargo y de lo poco que conocemos de esos presupuestos se desprende que para los españoles de a pie, para el grueso de la ciudadanía, no existe ninguna razón para el aplauso, más bien y por el contrario, para echarnos manos a la cabeza, pues esos presupuestos prometen mayores recortes de los especulados -que ya se esperaban demoledores-.
De las escuetas explicaciones de Montoro y Santamaría el mismo viernes, o de las del propio Rajoy ante el PP este lunes, sólo se obtienen mayores motivos para el desasosiego. Nuevamente el discurso de las medidas “dolorosas a la par que inevitables” para advertir que se realizarán recortes brutales que, lógicamente, tendrán su traslación forzosa a las diferentes autonomías. Congelación salarial -de momento-, disminución drástica de la inversión pública en políticas de empleo (aproximadamente 1.500 millones de ?), rebaja del 17% a los distintos ministerios, reducción de las partidas destinadas a políticas sociales, especialmente grave en relación a la financiación de las ayudas a la Dependencia (Ley de Autonomía Personal), reducción de las bonificaciones al transporte de pasajeros, laminación de los servicios públicos, son algunas de las medidas tímidamente descritas por el gobierno que, como quien no quiere la cosa, intenta colarnos, por añadidura y como guinda del pastel, una grotesca justificación de su amnistía fiscal para los grandes fortunas defraudadoras.