Espacio de opinión de Canarias Ahora
Zapatero ante su primera derrota
Mariano Bermejo ha sido una catástrofe para su Gobierno desde el día en que asumió el cargo. Y sigue como jefe de filas de los diputados socialistas murcianos en ese esquema que tanto le gusta a Zapatero de ungir a los independientes cuando un flechazo repentino le alivia de la necesidad de contar con el partido; son mucho más manejables quienes vienen de afuera. El presidente tendrá que pensar si con el Gobierno que tiene puede llegar muy lejos. ¿Sirven todos los independientes que continúan en el Gobierno?
Ahora, el presidente, que no quiere que se extraigan consecuencias generales fuera del marco de la catástrofe gallega, debiera empezar una amplia reflexión que tiene muchas aristas. En todas las nacionalidades llamadas históricas el partido socialista es incapaz de alcanzar los votos suficientes para gobernar sólo. El experimento gallego de aliarse con un partido nacionalista relativamente radical no ha sido entendido por los votantes socialistas. Esa suma, al final, ha resultado negativa. ¿Tomará nota el presidente de lo que puede ocurrir en Cataluña a la vista de las reiteradas llamadas de alerta a la desafección que anuncia el president Montilla de esta comunidad con España? ¿De verdad los votantes socialistas catalanes, en su mayoría, se sienten cómodos en el tripartito?
Segunda reflexión: Mariano Rajoy no está desahuciado sino in crescendo. En pleno acoso judicial, el líder del PP que parecía acabado, ha resucitado de entre los muertos políticos. La suficiencia que determinaba la comodidad de Mariano Rajoy como líder de la oposición para el presidente del Gobierno se ha podido cancelar. Sobre todo cuando se ven las escenas en televisión de un alcalde socialista esposado al que se le han encontrado 160.OOO euros debajo del colchón: ¡Por Dios, debajo del colchón! Golfos hay en todas latitudes y el manejo de los hilos de la Justicia es un arma de doble filo cuando hay sobreactuación. Y en eso, Garzón está ya en sobredosis por mucho que haya quien lo quiera consagrar como el héroe indestructible. Su ciclo está en el ocaso. Antes de utilizarlo en otra operación mediática, debieran pensárselo dos veces porque los tiros en estas cacerías empiezan a salir por la culata.
Tercera reflexión: en un escenario de crisis, la sonrisa y el optimismo ya no es un talismán porque la pérdida de un gobierno autonómico sólo cuatro años después de haberlo conseguido es un récord que acaba con cualquier prestigio esotérico sobre la proverbial buena suerte del inquilino de La Moncloa. En esas cosas del azar, de repente, la suerte cambia y uno sale arruinado del casino.
Cuarta reflexión: con el Gobierno que tiene Zapatero y un PP crecido lo tiene muy complicado en un parlamento que a lo mejor hasta pierde el comodín del PNV. CiU ya ha anunciado que no va a ser el salvavidas de un presidente que tiene que administrar unos presupuestos generales del estado que se quedaron viejos la víspera de aprobarlos.
Las malas noticias económicas van a seguir siendo un azote para el presidente de Gobierno. Y aunque ahora ponga cara de que lo ocurrido en Galicia le motiva solidaridad pero no va con él, la inercia de la ciudadanía es perder el respeto a quien se ha demostrado que es vulnerable. En España es proverbial la afición a hacer leña del árbol caído. De momento, a Zapatero, se le han quedado al aire un montón de raíces.
* Periodista, analista político y articulista de elplural.com
Carlos Carnicero*
Mariano Bermejo ha sido una catástrofe para su Gobierno desde el día en que asumió el cargo. Y sigue como jefe de filas de los diputados socialistas murcianos en ese esquema que tanto le gusta a Zapatero de ungir a los independientes cuando un flechazo repentino le alivia de la necesidad de contar con el partido; son mucho más manejables quienes vienen de afuera. El presidente tendrá que pensar si con el Gobierno que tiene puede llegar muy lejos. ¿Sirven todos los independientes que continúan en el Gobierno?
Ahora, el presidente, que no quiere que se extraigan consecuencias generales fuera del marco de la catástrofe gallega, debiera empezar una amplia reflexión que tiene muchas aristas. En todas las nacionalidades llamadas históricas el partido socialista es incapaz de alcanzar los votos suficientes para gobernar sólo. El experimento gallego de aliarse con un partido nacionalista relativamente radical no ha sido entendido por los votantes socialistas. Esa suma, al final, ha resultado negativa. ¿Tomará nota el presidente de lo que puede ocurrir en Cataluña a la vista de las reiteradas llamadas de alerta a la desafección que anuncia el president Montilla de esta comunidad con España? ¿De verdad los votantes socialistas catalanes, en su mayoría, se sienten cómodos en el tripartito?