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Zemmour, peligro para la democracia

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Bien empieza el candidato a la presidencia de la República de Francia por el partido ultraderechista, Eric Zemmour. Primero, declaraciones públicas de esas que revelan la personalidad y los propósitos si tuvieran mando en plaza (pobres franceses). Después, sanciones judiciales. Curioso, la fraseología empleada es la misma que escuchamos o leemos por aquí, sin que aquí pase nada. Es más: se atreven a decir que es libertad de expresión y pluralismo democrático. En fin…

Al candidato Zemmour no le importa calificar a los menores migrantes no acompañados como ‘violadores’, ‘asesinos’, ‘ladrones’. En una entrevista en CNews, abogó por deportarles y poner fin, así, “a una invasión permanente”. Un tribunal de París ha condenado al candidato a una multa de diez mil euros por incitación al odio racial. Para la Fiscalía, el periodista político y escritor francés había traspasado los límites de la libertad de expresión, mientras que sus abogados justificaron que sólo estaba poniendo sobre la mesa “la realidad”, aunque fuese de una forma “bruta”.

Finalmente, el tribunal impuso una multa de cien días a razón de cien euros por d´`ia,  lo que eleva a diez mil euros la cantidad que deberá abonar Zemmour. De no hacerlo, se arriesga a entrar en prisión, según 'Le Monde', que recuerda que la Fiscalía también pedía cinco mil euros para el director de CNews por su responsabilidad indirecta en las declaraciones.

Zemmour ya ha anunciado que recurrirá una condena que ha tachado de “ideológica y estúpida” y ha cargado contra un sistema que, en su opinión, “fabrica delitos de opinión de manera industrial”.

En este sentido, según informa Europa Press, lejos de rectificar, ha recalcado en un comunicado que los delitos cometidos por los menores migrantes son  “más numerosos, graves y violentos”, denigrando de nuevo a un grupo con “fuerte propensión a la delincuencia”. Asimismo, ha cuestionado que se le pueda tachar de racista, ya que estos menores “no constituyen de ninguna manera una etnia y mucho menos una raza”.

Lo triste de este pensamiento es que el candidato ultraderechista  ha ido ganando popularidad y ha escalado en los sondeos, si bien se produce algo similar con sus antecesores, los Le Pen, rechazados en el momento de la verdad. Un 62 por ciento de los franceses creen que Zemmour es “un peligro para la democracia”, según un sondeo publicado ayer lunes por 'Le Monde' y Franceinfo. Es el candidato que más recelo despierta, por encima de Marine Le Pen, señalada como un peligro por el cincuenta por ciento de las personas entrevistadas en este estudio.

Un 64 por ciento consideran que Zemmour representa “una extrema derecha nacionalista y xenófoba” y solo un ocho por ciento quieren que sea presidente de Francia, frente a un ochenta y dos por ciento que lo rechaza tajantemente. 

Con las cartas marcadas, y sobre todo si las exhibe, el peligro para la democracia es real. Tomen nota.

Bien empieza el candidato a la presidencia de la República de Francia por el partido ultraderechista, Eric Zemmour. Primero, declaraciones públicas de esas que revelan la personalidad y los propósitos si tuvieran mando en plaza (pobres franceses). Después, sanciones judiciales. Curioso, la fraseología empleada es la misma que escuchamos o leemos por aquí, sin que aquí pase nada. Es más: se atreven a decir que es libertad de expresión y pluralismo democrático. En fin…

Al candidato Zemmour no le importa calificar a los menores migrantes no acompañados como ‘violadores’, ‘asesinos’, ‘ladrones’. En una entrevista en CNews, abogó por deportarles y poner fin, así, “a una invasión permanente”. Un tribunal de París ha condenado al candidato a una multa de diez mil euros por incitación al odio racial. Para la Fiscalía, el periodista político y escritor francés había traspasado los límites de la libertad de expresión, mientras que sus abogados justificaron que sólo estaba poniendo sobre la mesa “la realidad”, aunque fuese de una forma “bruta”.