Acabó la censura de Arnáiz

No hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista. La censura impuesta por el ex presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, José Manuel Arnáiz, en las oficinas de ese organismo público, acabó este lunes. Arnáiz y la que fuera su jefa de prensa, Teresa Cruz, esposa de Larry Álvarez, limitaron el acceso de los trabajadores de la Autoridad Portuaria a este periódico colocando en el servidor del organismo un filtro por el cual se podían leer todos los diarios menos éste. A partir de nuestra denuncia pública, para lo cual recurrimos incluso a un notario, los muy listos ampliaron el veto al resto de los periódicos en Internet. Pero ya era tarde, la denuncia penal por censura estaba presentada ante los tribunales y la censura se mantenía. Con la llegada este viernes de Emilio Mayoral, las cosas han vuelto a la normalidad, por lo que felicitamos a los trabajadores del Puerto, que ya nos pueden leer en Internet, y nos felicitamos a nosotros mismos, porque estas pequeñas satisfacciones tienen su aquél. Y damos las gracias a Mayoral por la normalidad, que es lo fácil.

No hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista. La censura impuesta por el ex presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, José Manuel Arnáiz, en las oficinas de ese organismo público, acabó este lunes. Arnáiz y la que fuera su jefa de prensa, Teresa Cruz, esposa de Larry Álvarez, limitaron el acceso de los trabajadores de la Autoridad Portuaria a este periódico colocando en el servidor del organismo un filtro por el cual se podían leer todos los diarios menos éste. A partir de nuestra denuncia pública, para lo cual recurrimos incluso a un notario, los muy listos ampliaron el veto al resto de los periódicos en Internet. Pero ya era tarde, la denuncia penal por censura estaba presentada ante los tribunales y la censura se mantenía. Con la llegada este viernes de Emilio Mayoral, las cosas han vuelto a la normalidad, por lo que felicitamos a los trabajadores del Puerto, que ya nos pueden leer en Internet, y nos felicitamos a nosotros mismos, porque estas pequeñas satisfacciones tienen su aquél. Y damos las gracias a Mayoral por la normalidad, que es lo fácil.