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Águeda afea a Mario

Desde el lado oriental del Archipiélago, aunque las órdenes se cursaran desde la Mesa del Parlamento, llegó otro debate de altura para la política de Canarias. La diputada y consejera del Cabildo de Fuerteventura Águeda Montelongo, presidenta del PP en la isla, afeó crudamente a Mario Cabrera, presidente del Cabildo y líder del movimiento anti-prospecciones, haber acudido la semana pasada a la inauguración de un campus de la petrolera Noble Energy en Malabo, Guinea Ecuatorial. A la lideresa conservadora majorera le picaba la curiosidad por saber si a Cabrera le pagó el billete la compañía petrolera o si fue la constructora Cororasa, la más fuerte de la isla, para así poder restregarle por las narices un amaño muy al estilo de lo que ella hizo con el caso Patronato (autoridades del PP invitadas por el Patronato de Turismo de Fuerteventura en su etapa de consejera de Turismo) o como hizo Soria con el viaje del salmón, que desembocó finalmente en a una millonaria autorización de camas turísticas en Anfi Tauro. Mario Cabrera, efectivamente, ha confirmado que viajó a Malabo, y que acudió al acto de esa petrolera, pero ha dicho que los gastos los asumió el Cabildo, al que representaba allí para respaldar a la empresa constructora, que se llevó para allá a unos 200 trabajadores isleños, según han dicho. El líder nacionalista quizá debió haber evitado participar en estos momentos en un acto relacionado con una petrolera, actividad industrial ahora anatemizada en Canarias, por mucho que la compañía en cuestión nada tenga que ver con las prospecciones autorizadas cerca de la isla de la que es presidente. Un error político, táctico como mucho, lo que desde luego no deslegitima su oposición a Repsol y a las autorizaciones de Soria. Otra cosa será lo que tiene que estarse preguntando la todopoderosa Cororasa para recibir en su culo la patada que iba para Mario Cabrera. Con lo que ellos han tenido que aguantar de la doña.

Desde el lado oriental del Archipiélago, aunque las órdenes se cursaran desde la Mesa del Parlamento, llegó otro debate de altura para la política de Canarias. La diputada y consejera del Cabildo de Fuerteventura Águeda Montelongo, presidenta del PP en la isla, afeó crudamente a Mario Cabrera, presidente del Cabildo y líder del movimiento anti-prospecciones, haber acudido la semana pasada a la inauguración de un campus de la petrolera Noble Energy en Malabo, Guinea Ecuatorial. A la lideresa conservadora majorera le picaba la curiosidad por saber si a Cabrera le pagó el billete la compañía petrolera o si fue la constructora Cororasa, la más fuerte de la isla, para así poder restregarle por las narices un amaño muy al estilo de lo que ella hizo con el caso Patronato (autoridades del PP invitadas por el Patronato de Turismo de Fuerteventura en su etapa de consejera de Turismo) o como hizo Soria con el viaje del salmón, que desembocó finalmente en a una millonaria autorización de camas turísticas en Anfi Tauro. Mario Cabrera, efectivamente, ha confirmado que viajó a Malabo, y que acudió al acto de esa petrolera, pero ha dicho que los gastos los asumió el Cabildo, al que representaba allí para respaldar a la empresa constructora, que se llevó para allá a unos 200 trabajadores isleños, según han dicho. El líder nacionalista quizá debió haber evitado participar en estos momentos en un acto relacionado con una petrolera, actividad industrial ahora anatemizada en Canarias, por mucho que la compañía en cuestión nada tenga que ver con las prospecciones autorizadas cerca de la isla de la que es presidente. Un error político, táctico como mucho, lo que desde luego no deslegitima su oposición a Repsol y a las autorizaciones de Soria. Otra cosa será lo que tiene que estarse preguntando la todopoderosa Cororasa para recibir en su culo la patada que iba para Mario Cabrera. Con lo que ellos han tenido que aguantar de la doña.