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Mena, Montelongo, Fernández, ¡qué tres!

Tres personajes en busca de lógica. Y en lo que la encontramos, ahí van sus grandes aportaciones a la convivencia humana. Se llaman José Luis Mena, Águeda Montelongo y Manolo Fernández, y en lo poco que va de semana ya han logrado ocupar un lugar difícilmente superable en el ranking del disparate, se pongan como se pongan sus más rabiosos competidores. Empecemos, por orden volumétrico, por el enorme José Luis Mena, que este martes fue fulminantemente destituido por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Telde a propuesta de la alcaldesa, María del Carmen Castellano (larga ovación del respetable) por el tan socorrido como elocuente motivo de la “pérdida de confianza”. Perder la confianza en Mena significa algo muy gordo (con perdón) en el Ayuntamiento de Telde. Ha sido un hombre clave estos dos últimos años, pero también lo fue en el cuatrienio negro (2003-2007), y por lo tanto conoce las entretelas del Ayuntamiento tras haber ejercido de eficaz componedor de los intereses de los agentes en presencia, suponemos que en alguna ocasión de la propia institución a la que presuntamente servía. La noticia es de gran calado porque de improviso ha caído a la condición de funcionario de a pie (es técnico de administración general) quien estaba llamado a perpetuarse al frente de la Jefatura de Urbanismo mediante un concurso diseñado a su medida para que nadie (salvo condena judicial firme) lo pudiera remover jamás. Lo es también porque el acuerdo de su destitución fue adoptado por unanimidad, lo que significa que también votó a favor, es decir, en su contra, el concejal Fran López, su compadre, su compañero de aventuras en Urbanismo mientras pudo ser concejal y Mena el jefe de servicio. Salvo que López esté actuando de agente doble, también secuestrado por los amplios conocimientos del destituido, a Mena sólo le queda dentro del Ayuntamiento el respaldo de Guillermo Reyes (AFV-Ciuca), que para colmo está en la oposición a la espera de convencer a sus fieles votantes de que lo reelijan en 2015 para tratar de llegar a otro pacto con José Manuel Soria (ya ven, siempre que hay una componenda, ahí está Su Excelencia).

Trató de paralizar el Ayuntamiento

Y, ¿a qué pérdida de confianza se refiere la alcaldesa de Telde cuando justifica en eso la destitución de Mena? No hay una versión oficial sostenida públicamente, pero por lo que hemos podido indagar, al ex director general de Recursos Humanos le sentó tan mal que se abortara el concurso que lo iba a ascender sin esfuerzos a jefe perpetuo de Urbanismo que aplicó su peculiar catecismo contra el grupo de gobierno. Ensolerado en los primeros mandatos de Paco Santiago como alcalde, cuando el poder se ejercía bajo un férreo control, Mena conoce a la perfección qué nervios tocar del Ayuntamiento para paralizarlo o dejarlo renqueante. Desde su privilegiado puesto de jefe de personal comenzó a tomar decisiones, a revocar decretos y a remover acuerdos que hicieron saltar las alarmas en el entorno de la alcaldesa y del pacto de gobierno del PP con Coalición Canaria. La reacción infantil y casi suicida de Mena ha dejado al descubierto su escasa capacidad para moverse en modo alarma en el terreno de la diplomacia y la negociación, y desde luego el nulo respeto que tiene por los ciudadanos de Telde y su institución más representativa: si no me dan lo que quiero, los jodo a todos. Ese es Mena, el funcionario con más imputaciones a este lado del Río Pecos, que estos días (estos meses, mejor dicho) se sienta en el banquillo por el primero de sus presuntos cohechos que ha llegado a juicio, el caso Europa. La falta de temple le ha traicionado, veremos cómo reacciona cuando pida su preceptiva reincorporación a su plaza de funcionario del departamento de Urbanismo (está en situación de servicios especiales por cargo político de confianza) y lo sienten en el patio de operaciones rodeado de otros funcionarios de su misma escala a los que históricamente ha puteado con esos modales que él creía imbatibles. Lo deben estar esperando a la bajadita.

No hay argumento que pueda con Manolo

Hemos visionado casi completa (la mandíbula no nos daba para más) la entrevista que le hizo David Cuesta este lunes en Mírame TV al diputado herreño por Tenerife Manolo Fernández, por mis pistolas, y ya estamos en condiciones de confirmar a todos ustedes que no es ministro del Petróleo porque a Rajoy todavía no le ha dado por ahí. Qué portento, qué cantidad de recursos naturales fluyen de manera espontánea de su sapiencia; qué capacidad para convertir las amenazas en oportunidades, los accidentes en regalos divinos. “Es prácticamente seguro que en la extracción [de petróleo] no hay riesgo ninguno. Eso está constatado”, afirmó en uno de los momentos más apoteósicos de la entrevista. ¿Constatado? Sí, dijo que la extracción de petróleo no comporta riesgos. Y no se le movió un pelo de las cejas. Podríamos llenar esta sección de arriba abajo tan solo con los nombres de los lugares donde ha habido graves accidentes por extracciones de fósiles, pero quizás no valga la pena. “El gran desastre son los barcos”, vino a añadir para explicar lo que se nos viene a todos a la mente. “Cuando hay esas mareas negras son los barcos petroleros, por eso se puso (sic) que los petroleros había que construirlos con doble casco”. El periodista, atento al balón para rematar sin dejarlo caer al suelo, le espetó acto seguido que, con las extracciones ahí al lado, “habría más tráfico de petroleros”. Pero nuestro sabio tenía también respuesta inmediata para eso: “Pero podría haber oleoductos, ¿eh?, oleoductos desde las torres de prospección a las Islas Canarias, a África o al sitio que se crea más oportuno”. Porque los oleoductos, como saben nuestros lectores de sobra, son seguros y fáciles de colocar a grandes profundidades, y jamás ha habido escape alguno. Anda, qué cosas, mira este en el Mar del Norte, donde Fernández dice que jamás ha pasado nada en 40 años: “Derrame en la plataforma Gannet Alpha: 216 toneladas de crudo vertido por dos fisuras en su oleoducto”. Dale, Manolo, no pares.

Águeda, en el odiado plató

Ahí la tienen, junto a la gran Marta Modino, Águeda Montelongo se prepara para ser entrevistada en directo en el plató de Televisión Canaria. Ocurrió este mismo martes, o así lo proclamó ella a los cuatro vientos desde

Estoy conociendo las entrañas de Televisión Canaria pic.twitter.com/Py41HhFo2D

— Águeda Montelongo (@aguedamontelong) febrero 18, 2014 “ target=”_blank“ data-mrf-recirculation=”links-noticia“>su cuenta en Twitter: ”Estoy conociendo las entrañas de Televisión Canaria“. Y en varias fotografías se ve a la parlamentaria regional y presidenta del PP de Fuerteventura recorriendo las instalaciones y en una desenfadada instantánea con el jefe de Informativos de la casa, Miguel Ángel Daswani. Es Daswani, precisamente, uno de los profesionales de la casa que la señora Montelongo propone para sustituir al director general, Willy García. Tras él, se sitúan en la quiniela aguedista la jefa de gabinete de García, Candelaria Delgado, y la directora de cadena de TVC, Claudia Monzó, todos ellos personal de confianza del Gobierno, o al menos eso cabría interpretar de sus respectivos nombramientos. Cualquier cosa menos mantener al director general de una tele que ya no quiere cerrar el PP, y que ahora la diputada visita con alborozo. Ya sentada ante las cámaras de la tele que ha amnistiado, la señora Montelongo se columpió minuto tras minuto en la demagogia de ”esta es la oportunidad y la prosperidad que yo quiero para mi tierra“, mostrando a cámara una fotografía de una base logística de Cairn Energy en África. ”No entiendo cómo es que no nos preocupa que Marruecos esté haciendo ahora una prospección a 62 kilómetros (sic) de Canarias y nadie proteste ni pida explicaciones“. ”A todo ese sector de la construcción que ahora está viendo sentados mano sobre mano porque no tiene otra cosa que hacer“. ”El presidente del Gobierno de Canarias se tiene que sentar conmigo (sic), con el Gobierno de España“. ”Que nos van a meter un impuesto para pagar los 6 millones de euros que cuesta el referéndum“…Y ya metida en confianzas: ”Yo invito a Paulino Rivero que venga aquí a debatir conmigo“. Ya sabe el presidente, ni Willy ni gaitas, Águeda para directora de RTVC.

Tres personajes en busca de lógica. Y en lo que la encontramos, ahí van sus grandes aportaciones a la convivencia humana. Se llaman José Luis Mena, Águeda Montelongo y Manolo Fernández, y en lo poco que va de semana ya han logrado ocupar un lugar difícilmente superable en el ranking del disparate, se pongan como se pongan sus más rabiosos competidores. Empecemos, por orden volumétrico, por el enorme José Luis Mena, que este martes fue fulminantemente destituido por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Telde a propuesta de la alcaldesa, María del Carmen Castellano (larga ovación del respetable) por el tan socorrido como elocuente motivo de la “pérdida de confianza”. Perder la confianza en Mena significa algo muy gordo (con perdón) en el Ayuntamiento de Telde. Ha sido un hombre clave estos dos últimos años, pero también lo fue en el cuatrienio negro (2003-2007), y por lo tanto conoce las entretelas del Ayuntamiento tras haber ejercido de eficaz componedor de los intereses de los agentes en presencia, suponemos que en alguna ocasión de la propia institución a la que presuntamente servía. La noticia es de gran calado porque de improviso ha caído a la condición de funcionario de a pie (es técnico de administración general) quien estaba llamado a perpetuarse al frente de la Jefatura de Urbanismo mediante un concurso diseñado a su medida para que nadie (salvo condena judicial firme) lo pudiera remover jamás. Lo es también porque el acuerdo de su destitución fue adoptado por unanimidad, lo que significa que también votó a favor, es decir, en su contra, el concejal Fran López, su compadre, su compañero de aventuras en Urbanismo mientras pudo ser concejal y Mena el jefe de servicio. Salvo que López esté actuando de agente doble, también secuestrado por los amplios conocimientos del destituido, a Mena sólo le queda dentro del Ayuntamiento el respaldo de Guillermo Reyes (AFV-Ciuca), que para colmo está en la oposición a la espera de convencer a sus fieles votantes de que lo reelijan en 2015 para tratar de llegar a otro pacto con José Manuel Soria (ya ven, siempre que hay una componenda, ahí está Su Excelencia).

Trató de paralizar el Ayuntamiento