Ahora toca Santiago Pérez

A Santiago Pérez le llueven críticas por todas partes. Le critican dentro de su partido por colocarse del lado del Gobierno y dar ideas a Paulino Rivero, a Soria y a Ruano de qué hacer para evitar la quiebra de la Administración autonómica: oigan, denuncien ustedes a ese perito que tanto se pasó con la tasación de Tebeto. O el juez debió haberse abstenido por ser amigo de Bittini. O la sentencia da por probados hechos que no lo están de ninguna manera. O, como dice el recurso de casación del Gobierno: “la sentencia está dando preferencia a un dictamen de parte [el del tío carnal de los hermanos Soria] frente al dictamen elaborado por un funcionario público, que resulta de valoración preferente por esa apriorística objetividad que le reconoce la jurisprudencia; y lo hace sin explicar el por qué de esa apreciación”. O sea, que las sentencias se pueden criticar.

A Santiago Pérez le llueven críticas por todas partes. Le critican dentro de su partido por colocarse del lado del Gobierno y dar ideas a Paulino Rivero, a Soria y a Ruano de qué hacer para evitar la quiebra de la Administración autonómica: oigan, denuncien ustedes a ese perito que tanto se pasó con la tasación de Tebeto. O el juez debió haberse abstenido por ser amigo de Bittini. O la sentencia da por probados hechos que no lo están de ninguna manera. O, como dice el recurso de casación del Gobierno: “la sentencia está dando preferencia a un dictamen de parte [el del tío carnal de los hermanos Soria] frente al dictamen elaborado por un funcionario público, que resulta de valoración preferente por esa apriorística objetividad que le reconoce la jurisprudencia; y lo hace sin explicar el por qué de esa apreciación”. O sea, que las sentencias se pueden criticar.