Un año sin sauna

Nada, que no hay manera de que se endereze el rumbo en la Ciudad Deportiva de Gran Canaria, el antiguo Martín Freire. Parace gafada y, con el gafe, el perjuicio es para los que pagan religiosamente sus cuotas de socios, es decir, los sufridos ciudadanos. Hace ya más de un año que se produjo el accidente que ocasionó la muerte de un trabajador y el consiguiente cierre de la piscina y de algunas actividades relacionadas, como la sauna. Y tras el lógico periodo de reformas y de obras, la piscina ha podido ser abierta, no sin una inundación de por medio como consecuencia de una nueva chapuza en las instalaciones. Pero los usuarios se quejan (y no reciben la más mínima explicación de nadie) de que la sauna no se haya reabierto todavía. Hasta el buzón de sugerencias han llegado las reclamaciones pero ese mecanismo tampoco funciona en la Ciudad Deportiva. Todos es encogen de hombros, menos para cobrar las cuotas, claro, porque el que no paga pierda la plaza y hay cachetones para conseguirlas.

Nada, que no hay manera de que se endereze el rumbo en la Ciudad Deportiva de Gran Canaria, el antiguo Martín Freire. Parace gafada y, con el gafe, el perjuicio es para los que pagan religiosamente sus cuotas de socios, es decir, los sufridos ciudadanos. Hace ya más de un año que se produjo el accidente que ocasionó la muerte de un trabajador y el consiguiente cierre de la piscina y de algunas actividades relacionadas, como la sauna. Y tras el lógico periodo de reformas y de obras, la piscina ha podido ser abierta, no sin una inundación de por medio como consecuencia de una nueva chapuza en las instalaciones. Pero los usuarios se quejan (y no reciben la más mínima explicación de nadie) de que la sauna no se haya reabierto todavía. Hasta el buzón de sugerencias han llegado las reclamaciones pero ese mecanismo tampoco funciona en la Ciudad Deportiva. Todos es encogen de hombros, menos para cobrar las cuotas, claro, porque el que no paga pierda la plaza y hay cachetones para conseguirlas.