Sin los dos años de descompresión

En Madrid se ha plantado Cervantes para merodear en los alrededores del Consejo de Estado, a ver si entre los sesudos letrados que han de pronunciarse sobre el istmo hay alguno de muy sonoro apellido que pueda sufrir un ablandamiento de corazón. Para tan ardua tarea, el letrado portuario se ha hecho acompañar de un ex alto funcionario del Estado, de primer apellido García, que sin esperar a los dos años reglamentarios de descompresión antes de ponerse a trabajar en cosas incompatibles, ya anda moviendo sus hilos a ver qué se puede sacar en claro. Morderán hueso, nos tememos, porque las altas instancias del Estado no están formadas por cachanchanes capaces de cambiar de idea o de torcer la interpretación de las leyes por el simple hecho de que un amiguete venga a verte y te traiga una caja de puros.

En Madrid se ha plantado Cervantes para merodear en los alrededores del Consejo de Estado, a ver si entre los sesudos letrados que han de pronunciarse sobre el istmo hay alguno de muy sonoro apellido que pueda sufrir un ablandamiento de corazón. Para tan ardua tarea, el letrado portuario se ha hecho acompañar de un ex alto funcionario del Estado, de primer apellido García, que sin esperar a los dos años reglamentarios de descompresión antes de ponerse a trabajar en cosas incompatibles, ya anda moviendo sus hilos a ver qué se puede sacar en claro. Morderán hueso, nos tememos, porque las altas instancias del Estado no están formadas por cachanchanes capaces de cambiar de idea o de torcer la interpretación de las leyes por el simple hecho de que un amiguete venga a verte y te traiga una caja de puros.