El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Antona y señora encuentran petróleo
Mucho han manoseado los números del Plan Integral de Empleo para Canarias (PIEC) hasta que han dado con un yacimiento de petróleo: el número dos del PP en Canarias, Asier Antona, y la parlamentaria regional del mismo partido y esposa del anterior, Aurora del Rosario, han encontrado tres millones de euros gastados entre 2010 y 2012 para la remodelación de oficinas. Es la prueba del nueve que ansiaban para acusar al Ejecutivo regional de pésima gestión y de falta de eficiencia en el manejo de los fondos destinados a paliar el gravísimo problema del paro que sufre Canarias. Así, a simple vista, parece un escándalo de dimensiones estratosféricas, un derroche injustificado que, sin la más mínima profundización, cundió de lo lindo este martes entre tertulianos radiofónicos y periódicos adeptos a la crítica al Paulinato tras quedarse sin emisoras de radio en el último concurso ad hoc. Coño, tres millones de euros “en despachos”, que es como tituló El Día, efectivamente suena a dispendio, de nuevo rico bananero. Si a ese titular se añade una frase del número dos del PP canario pronunciada en el Parlamento, el escándalo se acrecienta: “Parte de esos fondos se han destinado a una ventana de techo corrediza con mando a distancia, una mampara en la secretaría general técnica y al acondicionamiento de un despacho en la Consejería de Empleo”. Repetimos, ¡coño! Pero cuando se entra en el fondo de la cuestión se descubren unos matices verdaderamente interesantes que pueden hacer cambiar por completo las conclusiones tan alegremente aventadas. Por ejemplo, que esa inversión de tres millones (de ser certera la cantidad, que está algo inflada) se ha venido empleando en la remodelación y mejora de las 35 oficinas del Servicio Canario de Empleo (SCE), lo que supone, groso modo, una inversión media de unos 85.000 euros por dependencia, lo que empieza a convertirse en algo un poquito más razonable. Pero si a esa explicación, silenciada por los que se quedaron sin radio, se le une la imposición del Estado a gastar un porcentaje de los fondos transferidos por el Estado precisamente en la remodelación y mejora en las oficinas que atienden a los parados canarios, la cosa empieza a darse la vuelta como una tortilla. Efectivamente, según ha explicado la Consejería de Empleo, en las partidas que transfiere el Estado y que designa la Conferencia Sectorial de Empleo se incluye una que ha de dedicarse expresamente a esa cuestión ya que, como muy hábilmente han ocultado los señores Antona Del Rosario, esas dependencias públicas son compartidas por personal del SCE y del Servicio Estatal de Empleo (SEPE), lo que conduce a que el Gobierno central obligue al regional a mantener las oficinas en perfecto estado de revista.
Mucho han manoseado los números del Plan Integral de Empleo para Canarias (PIEC) hasta que han dado con un yacimiento de petróleo: el número dos del PP en Canarias, Asier Antona, y la parlamentaria regional del mismo partido y esposa del anterior, Aurora del Rosario, han encontrado tres millones de euros gastados entre 2010 y 2012 para la remodelación de oficinas. Es la prueba del nueve que ansiaban para acusar al Ejecutivo regional de pésima gestión y de falta de eficiencia en el manejo de los fondos destinados a paliar el gravísimo problema del paro que sufre Canarias. Así, a simple vista, parece un escándalo de dimensiones estratosféricas, un derroche injustificado que, sin la más mínima profundización, cundió de lo lindo este martes entre tertulianos radiofónicos y periódicos adeptos a la crítica al Paulinato tras quedarse sin emisoras de radio en el último concurso ad hoc. Coño, tres millones de euros “en despachos”, que es como tituló El Día, efectivamente suena a dispendio, de nuevo rico bananero. Si a ese titular se añade una frase del número dos del PP canario pronunciada en el Parlamento, el escándalo se acrecienta: “Parte de esos fondos se han destinado a una ventana de techo corrediza con mando a distancia, una mampara en la secretaría general técnica y al acondicionamiento de un despacho en la Consejería de Empleo”. Repetimos, ¡coño! Pero cuando se entra en el fondo de la cuestión se descubren unos matices verdaderamente interesantes que pueden hacer cambiar por completo las conclusiones tan alegremente aventadas. Por ejemplo, que esa inversión de tres millones (de ser certera la cantidad, que está algo inflada) se ha venido empleando en la remodelación y mejora de las 35 oficinas del Servicio Canario de Empleo (SCE), lo que supone, groso modo, una inversión media de unos 85.000 euros por dependencia, lo que empieza a convertirse en algo un poquito más razonable. Pero si a esa explicación, silenciada por los que se quedaron sin radio, se le une la imposición del Estado a gastar un porcentaje de los fondos transferidos por el Estado precisamente en la remodelación y mejora en las oficinas que atienden a los parados canarios, la cosa empieza a darse la vuelta como una tortilla. Efectivamente, según ha explicado la Consejería de Empleo, en las partidas que transfiere el Estado y que designa la Conferencia Sectorial de Empleo se incluye una que ha de dedicarse expresamente a esa cuestión ya que, como muy hábilmente han ocultado los señores Antona Del Rosario, esas dependencias públicas son compartidas por personal del SCE y del Servicio Estatal de Empleo (SEPE), lo que conduce a que el Gobierno central obligue al regional a mantener las oficinas en perfecto estado de revista.