El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
¡Aparecieron los recibos!
Nuestros ruegos se han visto respondidos. La esposa de José Manuel Soria y procuradora en la querella de éste contra este periódico, aportó este viernes al Juzgado de Instrucción número 4 de Las Palmas de Gran Canaria los recibos supuestamente acreditativos de que han sido satisfechas las rentas por el alquiler del chalet que la familia habitó entre junio de 2004 y marzo de 2006. La inquilina aportó también el contrato que la vincula con la empresa Atlantic Buildings, S.A. con un pago mensual de 1.600 euros, doscientos menos de los que pagaba (con ingreso bancario de por medio) el anterior inquilino. Los recibos aportados por la señora Benítez pueden ser perfectamente considerados de aceite y vinagre, de esos que antes se extendían en las tiendas de pueblo o barrio cuando alguna doña abonaba una parte de la cuenta de las compras que el tendero anotaba cuidadosamente en una libreta de dos rayas. Lo raro es que por 1.600 euros, con un presidente de Cabildo y una poderosa empresa arrendadora de por medio se utilice este procedimiento tan vetusto, a la par que cutre. Pero les contamos más.
Nuestros ruegos se han visto respondidos. La esposa de José Manuel Soria y procuradora en la querella de éste contra este periódico, aportó este viernes al Juzgado de Instrucción número 4 de Las Palmas de Gran Canaria los recibos supuestamente acreditativos de que han sido satisfechas las rentas por el alquiler del chalet que la familia habitó entre junio de 2004 y marzo de 2006. La inquilina aportó también el contrato que la vincula con la empresa Atlantic Buildings, S.A. con un pago mensual de 1.600 euros, doscientos menos de los que pagaba (con ingreso bancario de por medio) el anterior inquilino. Los recibos aportados por la señora Benítez pueden ser perfectamente considerados de aceite y vinagre, de esos que antes se extendían en las tiendas de pueblo o barrio cuando alguna doña abonaba una parte de la cuenta de las compras que el tendero anotaba cuidadosamente en una libreta de dos rayas. Lo raro es que por 1.600 euros, con un presidente de Cabildo y una poderosa empresa arrendadora de por medio se utilice este procedimiento tan vetusto, a la par que cutre. Pero les contamos más.