Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Los jesuitas admiten por carta que tuvieron un cura abusador en Madrid
Radiografía y mapas de los ataques de Israel en Líbano: “Llevamos años esperando”
Opinión - La fiesta acaba de empezar. Por Esther Palomera

Arnáiz y Cabrera

Ya tienen los tribunales de Justicia canarios un pleito menos que resolver, el que le había interpuesto el ex presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, José Manuel Arnáiz, a uno de los denunciantes de la trama eólica, sector Megaturbinas, Francisco Cabrera. Las cosas van tan lentas en la Administración de Justicia que a punto han estado de solaparse dos asuntos que mucho tienen que ver. Porque si es cierto que Arnáiz había denunciado a Cabrera por acusarle de revolturas en relación con Promotora de Recursos Eólicos, más cierto es que en los próximos días veremos a los responsables de esa empresa y al mismísimo Arnáiz dando más de una explicación. Y puede que más de dos. Arnáiz, que ha derrapado obedeciendo a sus preceptores, ha hecho bien retrocediendo y mirando para otro lado. Y Cabrera, que bastante tiene con lo que va a tener que contar, tiene un asunto menos del que ocuparse. Bien está lo que bien acaba. ¿O esto no ha hecho más que empezar?

Ya tienen los tribunales de Justicia canarios un pleito menos que resolver, el que le había interpuesto el ex presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, José Manuel Arnáiz, a uno de los denunciantes de la trama eólica, sector Megaturbinas, Francisco Cabrera. Las cosas van tan lentas en la Administración de Justicia que a punto han estado de solaparse dos asuntos que mucho tienen que ver. Porque si es cierto que Arnáiz había denunciado a Cabrera por acusarle de revolturas en relación con Promotora de Recursos Eólicos, más cierto es que en los próximos días veremos a los responsables de esa empresa y al mismísimo Arnáiz dando más de una explicación. Y puede que más de dos. Arnáiz, que ha derrapado obedeciendo a sus preceptores, ha hecho bien retrocediendo y mirando para otro lado. Y Cabrera, que bastante tiene con lo que va a tener que contar, tiene un asunto menos del que ocuparse. Bien está lo que bien acaba. ¿O esto no ha hecho más que empezar?