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Un auténtico interrogatorio

Durante su mandato como dirigente empresarial, tanto al frente de Asinca como de la Confederación, Rivero ha padecido varias situaciones críticas. Las más llamativas desde el punto de vista de la resonancia pública han sido la crisis del Foro Empresarial y su enemistad manifiesta, con ribetes de guerra civil, con José Miguel Suárez Gil, presidente de la Cámara de Comercio. Sin embargo, la pájara del lunes, por emplear su propia definición de la metedura de pata, no sólo va camino de superar las anteriores crisis, sino de marcar para siempre (incluso puede que para bien) su carrera de dirigente empresarial. Lo que no está tan claro es que pueda tener la tentación de meterse en política, salvo que se afilie al PP y lo apadrine Soria. Rivero, por lo demás, tuvo la valentía de someterse este jueves a un despiadado interrogatorio de los muchachos y muchachas de la prensa con un José Cristóbal García, secretario general de la CCE, asumiendo con mucho garbo su papel de acompañar a su jefe hasta el último aliento de su mandato. Aunque hay quien dice que la falta de alternativas y lo que gusta un perdón en el Puerto le podrían mantener un tiempo más.

Durante su mandato como dirigente empresarial, tanto al frente de Asinca como de la Confederación, Rivero ha padecido varias situaciones críticas. Las más llamativas desde el punto de vista de la resonancia pública han sido la crisis del Foro Empresarial y su enemistad manifiesta, con ribetes de guerra civil, con José Miguel Suárez Gil, presidente de la Cámara de Comercio. Sin embargo, la pájara del lunes, por emplear su propia definición de la metedura de pata, no sólo va camino de superar las anteriores crisis, sino de marcar para siempre (incluso puede que para bien) su carrera de dirigente empresarial. Lo que no está tan claro es que pueda tener la tentación de meterse en política, salvo que se afilie al PP y lo apadrine Soria. Rivero, por lo demás, tuvo la valentía de someterse este jueves a un despiadado interrogatorio de los muchachos y muchachas de la prensa con un José Cristóbal García, secretario general de la CCE, asumiendo con mucho garbo su papel de acompañar a su jefe hasta el último aliento de su mandato. Aunque hay quien dice que la falta de alternativas y lo que gusta un perdón en el Puerto le podrían mantener un tiempo más.