El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Un Ayuntamiento enquistado y endogámico
Pendientes todavía de entrar a saco en el caso Canódromo, con José Manuel Soria como principal responsable del pelotazo en su calidad de alcalde, a juicio de la CEIP, hay claves genéricas que pueden arrojar un poco más de luz a los modos de proceder de una cúpula de funcionarios que ahora empieza a verse señalada en el seno de su Corporación. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria no sólo arrastra un pufo tremendo en lo económico, por culpa de las sentencias judiciales, en su mayoría urbanísticas, que debe hacer frente de la etapa de José Manuel Soria. También lastra un enquistamiento que raya lo endogámico en la parte más ejecutiva de su personal. Y es que desde hace 18 años no entra en el Ayuntamiento un Técnico de Administración General de grado superior que refresque la sangre de la Función Pública de LPGC, que aporte otras visiones y consideraciones en cualquiera de los temas a abordar cada día al grupo dirigente que lleva veinte años controlando la Casa, incluso por encima de la voluntad soberana de los ciudadanos, representados por los concejales. En el Metropol se habla abiertamente de que un grupo de altos funcionarios prácticamente tiene secuestrada la voluntad de los concejales del grupo de gobierno actual, incapaz, ante la crisis, de inyectar savia nueva a la Función Pública.
Pendientes todavía de entrar a saco en el caso Canódromo, con José Manuel Soria como principal responsable del pelotazo en su calidad de alcalde, a juicio de la CEIP, hay claves genéricas que pueden arrojar un poco más de luz a los modos de proceder de una cúpula de funcionarios que ahora empieza a verse señalada en el seno de su Corporación. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria no sólo arrastra un pufo tremendo en lo económico, por culpa de las sentencias judiciales, en su mayoría urbanísticas, que debe hacer frente de la etapa de José Manuel Soria. También lastra un enquistamiento que raya lo endogámico en la parte más ejecutiva de su personal. Y es que desde hace 18 años no entra en el Ayuntamiento un Técnico de Administración General de grado superior que refresque la sangre de la Función Pública de LPGC, que aporte otras visiones y consideraciones en cualquiera de los temas a abordar cada día al grupo dirigente que lleva veinte años controlando la Casa, incluso por encima de la voluntad soberana de los ciudadanos, representados por los concejales. En el Metropol se habla abiertamente de que un grupo de altos funcionarios prácticamente tiene secuestrada la voluntad de los concejales del grupo de gobierno actual, incapaz, ante la crisis, de inyectar savia nueva a la Función Pública.