El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El bacalao que queda por cortar
Nadie se atrevía a apostar antes de este miércoles en Lanzarote que Juan Francisco Rosa iba a caer atrapado en la tupida red de la operación Jable. Todo el mundo miraba para Inalsa, la empresa pública del Cabildo dedicada al ciclo integral del agua y a algunas cosas más, incluidas unas cochinadas que tienen locos de la cabeza a los investigadores. Pero la veta de Inalsa no está descartada, como tampoco lo está su hijuela de la operación Cangrejo, nombre con el que muy bien se podría bautizar la participación en esa empresa del actual concejal de Urbanismo de Arrecife, Pedro de Armas, quien junto a su compañero del PNL Juan Carlos Becerra, es un verdadero factótum de la vida política y empresarial conejera. Su concurso en la operación del islote del Francés también puede ser decisiva, si es que no lo ha sido ya. A eso sumen lo que ha ocurrido históricamente en el municipio de Teguise, donde, por cierto, fue alcalde en un momento muy oportuno un tal José Dimas Martín. La calima no lo tapa todo, por lo que parece.
Nadie se atrevía a apostar antes de este miércoles en Lanzarote que Juan Francisco Rosa iba a caer atrapado en la tupida red de la operación Jable. Todo el mundo miraba para Inalsa, la empresa pública del Cabildo dedicada al ciclo integral del agua y a algunas cosas más, incluidas unas cochinadas que tienen locos de la cabeza a los investigadores. Pero la veta de Inalsa no está descartada, como tampoco lo está su hijuela de la operación Cangrejo, nombre con el que muy bien se podría bautizar la participación en esa empresa del actual concejal de Urbanismo de Arrecife, Pedro de Armas, quien junto a su compañero del PNL Juan Carlos Becerra, es un verdadero factótum de la vida política y empresarial conejera. Su concurso en la operación del islote del Francés también puede ser decisiva, si es que no lo ha sido ya. A eso sumen lo que ha ocurrido históricamente en el municipio de Teguise, donde, por cierto, fue alcalde en un momento muy oportuno un tal José Dimas Martín. La calima no lo tapa todo, por lo que parece.