El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Barragán se mosquea
Sin Mauricio en la rebotica pariendo una estrategia puñetera, ya se lanzó este martes José Miguel Barragán, el secretario de Organización de Coalición Canaria, a tratar de frenar a los socialistas. Lo ha hecho por el método más directo, sin sutileza alguna, sin esa mano izquierda que debería adornar a los negociadores de los partidos para dar un buen golpe y que parezca un accidente. Ha dicho Barragán que la gente de Juan Fernando López Aguilar está tratando de hacer acopio de votos sueltos de diputados de Coalición Canaria. De ser cierta tal aseveración, deducimos que a) existe riesgo cierto de que haya fugas entre los 19 diputados nacionalistas (menuda disciplina, qué solidez, vaya unidad); b) las negociaciones se están llevando a cabo de modo totalmente descarado, quizás para que la gente se ponga nerviosa y diga cosas como las que ha dicho Barragán; c) Aguilar se lo ha tomado en serio y quiere formar gobierno a la primera; d) Mauricio, échales una mano, que están más perdidos que el barco del arroz.
Sin Mauricio en la rebotica pariendo una estrategia puñetera, ya se lanzó este martes José Miguel Barragán, el secretario de Organización de Coalición Canaria, a tratar de frenar a los socialistas. Lo ha hecho por el método más directo, sin sutileza alguna, sin esa mano izquierda que debería adornar a los negociadores de los partidos para dar un buen golpe y que parezca un accidente. Ha dicho Barragán que la gente de Juan Fernando López Aguilar está tratando de hacer acopio de votos sueltos de diputados de Coalición Canaria. De ser cierta tal aseveración, deducimos que a) existe riesgo cierto de que haya fugas entre los 19 diputados nacionalistas (menuda disciplina, qué solidez, vaya unidad); b) las negociaciones se están llevando a cabo de modo totalmente descarado, quizás para que la gente se ponga nerviosa y diga cosas como las que ha dicho Barragán; c) Aguilar se lo ha tomado en serio y quiere formar gobierno a la primera; d) Mauricio, échales una mano, que están más perdidos que el barco del arroz.