'Bis a Bis' con la estatua de la libertad

Empiezan a acusar agotamiento intelectual e ideológico los editoriales del periódico El Día, al tiempo que se adentran en una deriva subversiva que ya está llamando la atención de las autoridades competentes. Civiles, por supuesto, que aquí el único que invoca al caudillo es el dueño, editor, director y líder carismático de ese diario. Al ver que nadie le hace puñetero caso y que las manifestaciones independentistas que convoca desde sus páginas se saldan con 300 personas en versión generosa, a don Pepito no se le ha ocurrido mejor cosa que insultar a los que considera enemigos de sus ínfulas soberanistas. Así, es capaz de llamar “vampira” a la vicepresidenta del Gobierno de Canarias, Mari Mar Julios, “socialista canariona” a Ani Oramas, y de todo lo que está en una querella camino del banquillo a Santiago Pérez. Don José y sus amanuenses buscan y rebuscan cada día en el diccionario la manera de insultar a todo el mundo bajo la apariencia de la crítica dura y sin destinatarios. Y en el empeño se llevan por delante incluso la geografía o la semántica. En muy pocas semanas han colocado la estatua de la libertad en Washington y los vis a vis de las prisiones en “bis a bis” con don Pepito. Lo que hacen ellos todos los días en plan sobredosis. Y así les va.

Empiezan a acusar agotamiento intelectual e ideológico los editoriales del periódico El Día, al tiempo que se adentran en una deriva subversiva que ya está llamando la atención de las autoridades competentes. Civiles, por supuesto, que aquí el único que invoca al caudillo es el dueño, editor, director y líder carismático de ese diario. Al ver que nadie le hace puñetero caso y que las manifestaciones independentistas que convoca desde sus páginas se saldan con 300 personas en versión generosa, a don Pepito no se le ha ocurrido mejor cosa que insultar a los que considera enemigos de sus ínfulas soberanistas. Así, es capaz de llamar “vampira” a la vicepresidenta del Gobierno de Canarias, Mari Mar Julios, “socialista canariona” a Ani Oramas, y de todo lo que está en una querella camino del banquillo a Santiago Pérez. Don José y sus amanuenses buscan y rebuscan cada día en el diccionario la manera de insultar a todo el mundo bajo la apariencia de la crítica dura y sin destinatarios. Y en el empeño se llevan por delante incluso la geografía o la semántica. En muy pocas semanas han colocado la estatua de la libertad en Washington y los vis a vis de las prisiones en “bis a bis” con don Pepito. Lo que hacen ellos todos los días en plan sobredosis. Y así les va.