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Y La Caja

Pero las cosas de Chano, Jerónimo, Eduardo y, en ocasiones, Alemán, no quedaron en este feo hacia el partido en Las Palmas. La otra escaramuza chunga se produjo en el nombramiento de cargos representativos del partido en La Caja. Ya les hemos contado aquí alguna cosilla, pero hoy les acercamos más, porque la cosa estuvo a punto de llegar a mayores. Y si no fue así fue porque el portavoz socialista en la Corporación, Carlos Suárez, es un flojo. O un hombre muy responsable, según la óptica que se utilice. Como les dijimos en su momento, la caducidad de Franquis en el consejo de administración de La Caja llevó a los mandamases socialistas a garantizar una sustitución tranquila, para lo cual nada mejor que nombrar a Eduardo González, lo que rompía de algún modo la tradición de designar cargos destinados en ese momento a tareas municipales o cabildicias. Junto a él, el PSC designó a Juan Espino por el tercio insular. La propuesta de que Inmaculada Medina sea designada para la Asamblea General de la entidad tampoco ha hecho feliz a casi nadie. Al grupo municipal no gustaron nada las decisiones, que fueron bendecidas incluso por la Ejecutiva Regional, y se reunieron para hacer un plante inédito: dimitir en bloque. Fue Carlos Suárez el que finalmente detuvo la iniciativa, propuesta por él en un primer momento, hasta que le produjo vértigo.

Pero las cosas de Chano, Jerónimo, Eduardo y, en ocasiones, Alemán, no quedaron en este feo hacia el partido en Las Palmas. La otra escaramuza chunga se produjo en el nombramiento de cargos representativos del partido en La Caja. Ya les hemos contado aquí alguna cosilla, pero hoy les acercamos más, porque la cosa estuvo a punto de llegar a mayores. Y si no fue así fue porque el portavoz socialista en la Corporación, Carlos Suárez, es un flojo. O un hombre muy responsable, según la óptica que se utilice. Como les dijimos en su momento, la caducidad de Franquis en el consejo de administración de La Caja llevó a los mandamases socialistas a garantizar una sustitución tranquila, para lo cual nada mejor que nombrar a Eduardo González, lo que rompía de algún modo la tradición de designar cargos destinados en ese momento a tareas municipales o cabildicias. Junto a él, el PSC designó a Juan Espino por el tercio insular. La propuesta de que Inmaculada Medina sea designada para la Asamblea General de la entidad tampoco ha hecho feliz a casi nadie. Al grupo municipal no gustaron nada las decisiones, que fueron bendecidas incluso por la Ejecutiva Regional, y se reunieron para hacer un plante inédito: dimitir en bloque. Fue Carlos Suárez el que finalmente detuvo la iniciativa, propuesta por él en un primer momento, hasta que le produjo vértigo.