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Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Pero, ¡qué tres!

Es imposible saber a ciencia cierta qué pasó por la cabeza de José Manuel Soria cuando solicitó la creación de una comisión de investigación sobre su propia -y de su hermano Luis- trama eólica. Es más que probable que se sintiera seguro, que la información que le facilitaban desde determinados ámbitos oficiales era suficiente como para tomárselo todo como un paseo militar. Las cosas han ido cambiando porque, entre otros aspectos relevantes, cuando jugó aquel farol no tenía sobre la mesa los recibos de su contrato de alquiler, ni las encuestas que le complican la existencia, ni a Arnáiz tirándole de la levita con verdaderos deseos de hablar. Este miércoles, porque el destino es así, Soria se empeñó en saltar del banquillo de una imposible suplencia a la portavocía de la comisión que él mismo pidió. Y se hizo acompañar de dos portentos de la limpieza política, Jorge Rodríguez y Manuel Fernández.

Es imposible saber a ciencia cierta qué pasó por la cabeza de José Manuel Soria cuando solicitó la creación de una comisión de investigación sobre su propia -y de su hermano Luis- trama eólica. Es más que probable que se sintiera seguro, que la información que le facilitaban desde determinados ámbitos oficiales era suficiente como para tomárselo todo como un paseo militar. Las cosas han ido cambiando porque, entre otros aspectos relevantes, cuando jugó aquel farol no tenía sobre la mesa los recibos de su contrato de alquiler, ni las encuestas que le complican la existencia, ni a Arnáiz tirándole de la levita con verdaderos deseos de hablar. Este miércoles, porque el destino es así, Soria se empeñó en saltar del banquillo de una imposible suplencia a la portavocía de la comisión que él mismo pidió. Y se hizo acompañar de dos portentos de la limpieza política, Jorge Rodríguez y Manuel Fernández.