Otros canguros

Algún avispado lector quiso interpretar el otro día que nos habíamos puesto chismosos al señalar a Domingo Bueno, consejero de Bomberos de Soria para antes de que se produzca el fuego, como canguro de los hijos de Larry Álvarez. Nada más lejos de nuestra intención que meternos en berenjenales moganeros de ese tipo, que ya sabemos el calibre que gasta el consejero ladera arriba cuando alguien le lleva la contraria. No es sin embargo el único que, por razones de amistad, y no por peloteo, presta servicios personales a la alta dirigencia del PP canario. Esa modalidad tan cariñosa la instauró hace mucho tiempo Rafa Santana en aquellas calendas en que tenía a Soria de alcalde. Ahora, y quizá para permitir que Larry pueda dedicarse a la pintura y obsequiar a los aficionados al arte con una nueva oruga, tiene un buen profesor de inglés para los más pequeños en la figura de Rafael Khrabcha, consejero de Juventud-divino tesoro del Cabildo de Soria y licenciado en Filología Inglesa. Compañerismo, que no peloteo, que se llama.

Algún avispado lector quiso interpretar el otro día que nos habíamos puesto chismosos al señalar a Domingo Bueno, consejero de Bomberos de Soria para antes de que se produzca el fuego, como canguro de los hijos de Larry Álvarez. Nada más lejos de nuestra intención que meternos en berenjenales moganeros de ese tipo, que ya sabemos el calibre que gasta el consejero ladera arriba cuando alguien le lleva la contraria. No es sin embargo el único que, por razones de amistad, y no por peloteo, presta servicios personales a la alta dirigencia del PP canario. Esa modalidad tan cariñosa la instauró hace mucho tiempo Rafa Santana en aquellas calendas en que tenía a Soria de alcalde. Ahora, y quizá para permitir que Larry pueda dedicarse a la pintura y obsequiar a los aficionados al arte con una nueva oruga, tiene un buen profesor de inglés para los más pequeños en la figura de Rafael Khrabcha, consejero de Juventud-divino tesoro del Cabildo de Soria y licenciado en Filología Inglesa. Compañerismo, que no peloteo, que se llama.