Cartas a Adán Martín

Pues sí señor, ya se está conseguiendo. Si desean que el nombre de Canarias recobre presencia para remontar la crisis, están en el camino, pero por un atajo errático. Ya circula por este amplio universo que son los correos electrónicos, una carta tipo para explicarle a Adán Martín que eso de poner las garras en el Sáhara vía encuentros con las autoridades marroquíes está muy feo. Los defensores de la causa saharaui, que más se acercan a ser legión que a cuatro gatos, se han puesto manos a la obra tras las múltiples visitas de representantes canarios al reino alahuí. Primero fue eso de ir cambiando Sáhara Occidental por Sur de Marruecos y cantar las excelencias de la zona para que se convierta en lugar de inversión del capital de las Islas. Después visitas de las Cámaras de Comercio, a las que rápidamente siguió otra de la plana mayor del Ejecutivo autónomo con Adán Martín a la cabeza y Mauricio pegando codazos para colarse en la foto. Ahora, el presidente tiene la oportunidad de explicar a todos los que le remitan el correo, el porqué de ese enfangarse en una zona sobre la que según la ONU, Mohamed VI tiene poco que decir.

Pues sí señor, ya se está conseguiendo. Si desean que el nombre de Canarias recobre presencia para remontar la crisis, están en el camino, pero por un atajo errático. Ya circula por este amplio universo que son los correos electrónicos, una carta tipo para explicarle a Adán Martín que eso de poner las garras en el Sáhara vía encuentros con las autoridades marroquíes está muy feo. Los defensores de la causa saharaui, que más se acercan a ser legión que a cuatro gatos, se han puesto manos a la obra tras las múltiples visitas de representantes canarios al reino alahuí. Primero fue eso de ir cambiando Sáhara Occidental por Sur de Marruecos y cantar las excelencias de la zona para que se convierta en lugar de inversión del capital de las Islas. Después visitas de las Cámaras de Comercio, a las que rápidamente siguió otra de la plana mayor del Ejecutivo autónomo con Adán Martín a la cabeza y Mauricio pegando codazos para colarse en la foto. Ahora, el presidente tiene la oportunidad de explicar a todos los que le remitan el correo, el porqué de ese enfangarse en una zona sobre la que según la ONU, Mohamed VI tiene poco que decir.