El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Un catedrático de Derecho Penal
Como también les anunciábamos ayer, don Pepito se ha hecho con los servicios de un abogado de Madrid, pero no de un abogado cualquiera, como cabría sospechar ante lo aventurado de las pretensiones judiciales, sino nada menos que de todo un catedrático de Derecho Penal. Ya sabemos, ya, que la demanda es civil, pero, caramba, un catedrático de la Complutense, que además es vicedecano del Colegio de Abogados de Madrid no es para menospreciar, ni mucho menos. Desconocemos la experiencia en el foro que atesora el letrado Luis Rodríguez Ramos, el contratado por don José para estos menesteres, pero ya podemos adelantarles que su especialidad no es el mundo de la prensa, por mucho que a lo largo de los 23 folios de su demanda (hasta los 50 que ocupa todo lo demás son documentos) haya hecho un esfuerzo muy especial por explicar lo que es la libertad de expresión. Pero alguien que otorga género femenino a los editoriales de los periódicos cae en el error común (pero imperdonable en quien defiende el honor de un periódico) de confundir esos artículos con la empresa editora, cuando no con las empresas editoriales, dedicadas a la edición de libros, actividad mucho más respetada y tranquila, como es fácil concluir.
Como también les anunciábamos ayer, don Pepito se ha hecho con los servicios de un abogado de Madrid, pero no de un abogado cualquiera, como cabría sospechar ante lo aventurado de las pretensiones judiciales, sino nada menos que de todo un catedrático de Derecho Penal. Ya sabemos, ya, que la demanda es civil, pero, caramba, un catedrático de la Complutense, que además es vicedecano del Colegio de Abogados de Madrid no es para menospreciar, ni mucho menos. Desconocemos la experiencia en el foro que atesora el letrado Luis Rodríguez Ramos, el contratado por don José para estos menesteres, pero ya podemos adelantarles que su especialidad no es el mundo de la prensa, por mucho que a lo largo de los 23 folios de su demanda (hasta los 50 que ocupa todo lo demás son documentos) haya hecho un esfuerzo muy especial por explicar lo que es la libertad de expresión. Pero alguien que otorga género femenino a los editoriales de los periódicos cae en el error común (pero imperdonable en quien defiende el honor de un periódico) de confundir esos artículos con la empresa editora, cuando no con las empresas editoriales, dedicadas a la edición de libros, actividad mucho más respetada y tranquila, como es fácil concluir.