Circunvalación y efectos colaterales

Ya sabemos que la Circunvalación de Las Palmas es como un perro mil leches, lo que nos dificulta una barbaridad dirigir bien el tiro para exigir soluciones a lo que les vamos a contar. Se lanzan a inaugurar y a rentabilizar la inauguración hasta el día después, con más anuncios y más folletos para explicar cómo utilizar la nueva vía, y dejan cosas importantes atrás. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Soria (provincia de Las Palmas) se ha olvidado de cosas tan importantes como mejorar los accesos que ahora están desbordados. Así, en la rotonda de la Ballena, donde hace muchos meses se hizo una salida a la zona industrial de Miller, siguen todavía dale-que-te-pego sin abrirla, con lo que se forman unos atascos imposibles todos los días. Luego está lo de la Universidad: ahora que podemos llegar hasta ella en un plisplas, hemos descubierto la porquería de vía que accede desde la Circunvalación hasta centro tan transitado. Todo un peligro de pista mal asfaltada, estrecha y sin muros adecuados de protección para no riscarnos. El remate, señorías, el remate.

Ya sabemos que la Circunvalación de Las Palmas es como un perro mil leches, lo que nos dificulta una barbaridad dirigir bien el tiro para exigir soluciones a lo que les vamos a contar. Se lanzan a inaugurar y a rentabilizar la inauguración hasta el día después, con más anuncios y más folletos para explicar cómo utilizar la nueva vía, y dejan cosas importantes atrás. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Soria (provincia de Las Palmas) se ha olvidado de cosas tan importantes como mejorar los accesos que ahora están desbordados. Así, en la rotonda de la Ballena, donde hace muchos meses se hizo una salida a la zona industrial de Miller, siguen todavía dale-que-te-pego sin abrirla, con lo que se forman unos atascos imposibles todos los días. Luego está lo de la Universidad: ahora que podemos llegar hasta ella en un plisplas, hemos descubierto la porquería de vía que accede desde la Circunvalación hasta centro tan transitado. Todo un peligro de pista mal asfaltada, estrecha y sin muros adecuados de protección para no riscarnos. El remate, señorías, el remate.